En Vivo

Etiquetas Marianela Brondino

Marianela Brondino: a 10 años, una herida que no cierra

03 de mayo de 2020


El 28 de abril de 2010 Marianela Brondino salió del trabajo con ganas de regresar a su casa, se subió a la bicicleta y emprendió el camino. Eran apenas cinco las cuadras que tenía que recorrer, pero en Gorostiaga al 1900 fue interceptada por dos delincuentes a bordo de una moto que quisieron robarle la mochila.

Como consecuencia de la embestida, Marianela cayó y golpeó su cabeza contra el cordón. A ese trágico 28 de abril le sucedieron cinco días, dos operaciones en la cabeza, mucha incertidumbre y más dolor. Finalmente, el 3 de mayo la joven de 25 años falleció en el Hospital José María Cullen.

José, su papá, murió cinco años más tarde, a los 65 , sin haber encontrado justicia para su hija.

El pasado 6 de diciembre Walter Daniel “Pipi” Borda fue condenado a 20 años de prisión por el homicidio. El tribunal del juicio, que resolvió la pena por unanimidad, estuvo compuesto por los jueces José Luis García Troiano, Susana Luna y Pablo Busaniche. Declararon la reincidencia del condenado, ya que cumplió una pena dictada por la Justicia Provincial que venció en 2017.

Este 28 de abril, Graciela -la mamá de Marianela- publicó en sus redes sociales una carta abierta en la que habla de los responsables de la muerte de su hija, dejando en claro que Borda no fue el único. Poder Ejecutivo, Legislativo, Ministerio de Seguridad, Policía, Dirección Provincial de Asistencia a la Víctima, Subsecretaría de Derechos Humanos, Tribunales, también fueron mencionados por la mujer.

 

La publicación comienza diciendo:

"Hoy hace exactamente 10 años desde que Marianela, como todos los días, salió de casa hacia su trabajo, dejándome arriba de la mesa lana para que le tejiera un suéter, y nunca más volvió, porque 2 motochorros la atacaron cuando regresaba, al terminar su jornada laboral. Luego vinieron 5 días horribles en el hospital Cullen, con 2 operaciones de cabeza, y muchas complicaciones más, que desembocaron en su muerte el 3 de mayo/10. Han pasado 10 largos/ dolorosos años y aún sigo persiguiendo justicia, porque recordemos que hay sólo una persona con sentencia. No tengo odio, no busco venganza, pero sí quiero que los que destruyeron mi vida entera, estén donde tienen que estar, porque no sólo murió Marianela, sino también su papá, un tiempo después. Ya, a esta altura, estoy convencida que no me alcanza la vida, para concretar este deseo, debido a todos los vericuetos que tiene la justicia, los que todos sabemos, y sobre los cuales pocos hacen algo por revertirlo.

Como primera medida quiero dejar bien claro que si bien la responsabilidad primaria de un hecho como éste recae en la mano de obra ejecutora del delito, tengo muy presente que hay muchos más responsables, FUNCIONARIOS, que son también culpables (por error u omisión) de muchas muertes como la de mi hija". 

Y finaliza:

"Dicen que la gente muere cuando se la olvida. Yo sospecho que, detrás de estas palabras, se esconde una tramposa esperanza, pero si esto es así, Marianela, será eterna. Inmortal. Por lo menos, para nosotros, los que la amamos.

En nuestra casa hay, hace 10 años, una cama vacía, ropa sin estrenar en su placard. Hay un cepillo de dientes que ya nadie usa, su lugar en la mesa está vacío y muchos sueños que no se van a cumplir. Nos obligaron a padecer ausencia perpetua y –qué ironía no?—a esperanzarnos a la noche con la posibilidad de verla en nuestros sueños.

Marianela es difícil llegarte a los talones. Fuiste un ángel de carácter fuerte al que nunca se le conoció enemigo alguno. Eras introvertida, buena, generosa, sincera. Eras talentosa y un poco chinchuda. Ajena al chusmerío. Hace tiempo que no aparecés y nosotros seguimos esperando que esa flaca caminando por cualquier calle seas vos, o que desde la esquina nos saludes con tu sonrisa transparente como la última vez. Te amamos!!!!".

 

La carta completa