La turista argentina Rocío Gómez, de 39 años, falleció días después de tomar una clase de “bautismo” de buceo en la isla Koh Tao.
El lugar es famoso justamente por ser epicentro del buceo en Tailandia. Koh Tao se sitúa en el golfo de Tailandia, en el mar de China Meridional. Tiene una superficie de 21 km, y se encuentra a aproximadamente 70 kilómetros de la línea de costa entre las ciudades de Chumphon y Surat Thani, y 45 kilómetros al norte de Ko Pha Ngan.
Sus aguas están repletas de vida animal, y son el atractivo turístico por excelencia de mochileros y submarinistas. Por toda la isla hay escuelas que ofrecen cursos de buceo tradicional y apnea -una modalidad en la que el buceador bucea sin equipo; a pulmón-.
Estas escuelas además suelen ofrecer alojamiento y dietas a quienes contratan los cursos para bucear. De hecho, la economía de la isla está casi exclusivamente centrada en la industria turística, con gran énfasis en el buceo. La única manera de llegar hasta Koh Tao es por vía marítima, puede ser desde las ciudades continentales de Chumphon o Surat Thani, o desde las islas vecinas Ko Pha Ngan y Ko Samui.
Qué pasó. De acuerdo a las primeras informaciones, la víctima se habría extraviado durante la inmersión del "bautismo" de buceo, junto con otro principiante, una buceadora con experiencia y el instructor. Fue otro buceador quien encontró a Rocío a unos 6 metros de profundidad sin el regulador para respirar en la boca.
En el barco donde se trasladaban le realizaron primeros auxilios y la trasladaron al Hospital para asistirla. Ese incidente provocó, cuatro días después, el fallecimiento de la turista argentina de 39 años.