En el exclusivo sector Las Palmas, al oriente de Medellín, se mantuvo escondida por varios años una casa museo en memoria del extinto capo Pablo Escobar, administrada por su hermano Roberto, alias 'El Osito', y que acaba de ser cerrada por las autoridades. Con distintos objetos que fueron del mafioso contaban más de 150 historias de la época más oscura de Colombia, solo a visitantes extranjeros.
"Conozca los mejores lugares donde Pablo Escobar marcó la historia". Con ese lema promocionaban el 'narcotour' algunas agencias de turismo aliadas con 'El Osito'. Solo a través de ellas se podía acceder al lugar en que no estaban permitidos colombianos. Por 30 dólares obtenías la entrada a la casa museo con un recorrido en inglés o español, y por 4 dólares más incluían una visita al edificio Mónaco y a Jardines Montesacro, donde está enterrado el capo.
La casa amarilla, enrejada como las celdas de una cárcel, no tenía un solo letrero, estaba tan escondida entre las montañas que ni los vecinos sabían de su existencia. Pero apenas se llegaba al lugar se veía un poster de 'se busca', con las fotos de Pablo y Roberto Escobar y la recompensa que ofrecían las autoridades por sus cabezas. En frente estaban piezas de su primer carro, aun con marcas de balas.
Del otro lado aparecía la única foto del capo en la famosa cárcel La Catedral de donde escapó y en la que vivió con lujos. Ahí los visitantes podían tomarse fotos usando la boina original que Escobar llevaba puesta en la imagen. Además, podían montarse en la moto acuática y la mítica moto de James Bond que tanto apreciaba.