Un hombre de 48 años identificado como Ángel Rubén López fue condenado a tres años de prisión de ejecución condicional como autor de incendio de pastizales cometidos en la ciudad de Santa Fe. Asimismo, deberá donar 10 mil pesos al hospital Cullen que se destinarán a la compra de insumos médicos en el marco de la pandemia de Covid-19.
La condena fue dispuesta por la jueza Sandra Valenti en un juicio en el que se abreviaron los procedimientos desarrollado en los tribunales de la capital provincial. La fiscal que investigó los hechos es María Laura Martí y el imputado contó con la asistencia técnica de la Defensa Pública.
Normas de conducta
La funcionaria del MPA precisó que “López aceptó su responsabilidad penal en los hechos” y agregó que “también manifestó su acuerdo con el procedimiento, la pena y las normas de conducta impuestas, las que deberá cumplir durante dos años”.
“El condenado no podrá acercarse a zonas de pastizales y lugares donde podrían generarse incendios y propagarse con la colaboración del viento y otras circunstancias climáticas”, relató la fiscal. “Además, deberá concurrir a un taller de una institución pública (municipal, provincial o nacional) sobre el cuidado del medio ambiente”, añadió.
Peligro
Martí indicó que “López perpetró el hecho ilícito alrededor de las 8:20 del pasado martes 11 de agosto”. Detalló que “fue en una zona de pastizales ubicada a 30 metros de la Avenida Circunvalación Oeste, a dos cuadras de la intersección con la calle Iturraspe”.
La fiscal sostuvo que “el condenado inició el fuego desde un montículo de maleza y basura y utilizó una barra de metal para expandir las llamas”. Agregó que “cuando la policía llegó al lugar, el hombre tenía un bidón y tres encendedores plásticos que fueron incautados”.
“Si bien los incendios afectaron un área de sólo un metro de diámetro, podrían haberse propagado con el viento y generar problemas de visibilidad para los vehículos que circulaban por el acceso vial”, afirmó.
La representante del MPA planteó que “con su conducta, López puso en peligro la vida y los bienes de personas que viven en fincas cercanas”. A su vez, expuso que “al haber resultado dañada la vegetación de la ciudad, la víctima del delito fue la sociedad en su conjunto”.