Horas después de la intervención integral que se realizara en ese sector de la ciudad de manera conjunta entre provincia y municipio, se trazó un diagnóstico sumamente inquietante sobre la situación.
El sacerdote Ernesto Agüera es quién está a cargo de la Parroquia Virgen de los Pobres de Barrio Yapeyú, una de las instituciones de referencia de esa populosa barriada. Marcó como uno de los problemas centrales, la falta de empleo. Sostuvo que muchos vecinos que tenían empleos registrados fueron despedidos en los últimos meses, sin posibilidades de reincorporarse al mercado laboral y mucho menos en esa condición.
Dijo que todos los sacerdotes a cargo de parroquias ubicadas a lo largo del cordón oeste de la ciudad ven con preocupación el futuro, habida cuenta de las situaciones que ven a diario. Tampoco creen que esta coyuntura pueda superarse con subsidios, sino que la gente necesita acceder a soluciones de carácter permanente que mejoren sus condiciones de vida.
También hizo especial mención de las deficiencias que en materia de servicios afectan todos los que viven en la zona. Vecinos que deben caminar varias cuadras para poder acceder al servicio de transporte por colectivos, con el riesgo que implica desplazarse sobre todo en horarios nocturnos por la inseguridad.
En cuanto a las acciones que se llevan adelante en el barrio para asistir a las familias más postergadas, indicó que hay más copas de leche en funcionamiento pero que se encuentran con la dificultad de que cada vez son menos las donaciones con las que cuentan para poder mantenerlas y dar servicio a cientos de niños.