Un accidente cerebrovascular (ACV) es el daño causado por un coágulo o una hemorragia en el cerebro. Es la segunda causa de muerte en Argentina después de la enfermedad coronaria y la primera de discapacidad.
Las posibilidades de sufrir un ACV o stroke se duplica en cada década a partir de los 55 años. Pero hay un aspecto positivo: existen grandes oportunidades para prevenirlo, modificando los factores de riesgo que, en la mayoría de los casos, crean las condiciones para que se produzca un ataque.
Reconocé las señales
Si bien no evita el ACV, una de las principales cuestiones a tener en cuenta es el reconocimiento de las señales, ya que buscar tratamiento temprano reduce el riesgo de sufrir secuelas o daño permanente. Ante uno o más de estos síntomas, hay que buscar atención inmediata: debilidad o adormecimiento de la cara, brazo o pierna, usualmente de un lado del cuerpo; dificultad para hablar, comprender o tragar; dificultad para ver con uno o ambos ojos; visión doble, pérdida del equilibrio o coordinación, vértigo; dolor de cabeza súbito y de máxima intensidad, sin causa aparente.
Llevá una dieta saludable y movete
El consumo excesivo de salud (que favorece la hipertensión), el sobrepeso u obesidad, el alto consumo de alcohol y el sedentarismo elevan el riesgo de sufrir un ACV. Por eso se recomienda una ingesta reducida de sodio, un aumento del consumo de potasio y una dieta estilo DASH, que enfatice en frutas, vegetales y productos lácteos bajos en grasa y grasa saturada reducida.
Mantené la presión arterial bajo control
La presión arterial alta es un importante factor de riesgo prevenible. Cuanto mayor es la presión arterial, mayor es el riesgo de ACV, advierten desde la Fundación Cardiológica Argentina (FCA).
Comprobá tu pulso
La fibrilación auricular (FA) es la arritmia más frecuente y quienes la presentan tienen cinco veces más chances de sufrir un ataque ACV. Los latidos irregulares del corazón favorecen la formación de coágulos que pueden viajar hasta el cerebro y provocar un bloqueo.
Dejá el cigarrillo
El tabaquismo aumenta el riesgo de sufrir un ataque cerebral entre un 50% y un 70%. El tabaquismo puede, incluso, potenciar los efectos de otros factores de riesgo, como el uso de anticonceptivos orales. Fumar un solo cigarrillo aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el índice cardíaco, y disminuye la distensibilidad arterial.
Controlá tu colesterol
La dislipemia o colesterol elevado aumenta el riesgo de que se tapen las arterias, entre ellas las que llegan al cerebro. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, casi uno de cada tres mayores de 18 años (29,8%) tiene el colesterol elevado.
Detectá y actuá ante los ataques transitorios
En uno de cada cuatro pacientes, los síntomas del ataque cerebral son transitorios: duran pocos minutos y no dejan secuelas, pero deben ser tratados a tiempo para evitar que deriven en cuadros más graves. En Argentina ocurren 17.000 ataques isquémicos transitorios (AIT) al año y 58.000 ACV.
Fuente: Clarin.com