Miles de colombianos manifestaron este miércoles 28 de abril contra un proyecto de reforma fiscal impulsado por el gobierno. De ser adoptado por el Congreso, los impuestos aumentarían para aquellos que ganen más de 650 dólares al mes. El IVA de una veintena de productos, como el gas o las toallas higiénicas, pasaría del 5% al 19%. Otra de las propuestas que ha causado mayor descontento es la intención de gravar los servicios públicos, como los funerarios, en pleno pico pandémico.
"Además se trata de gravar paneles solares y plantas eólicas, muy importantes en la reconversión energética hacia renovables", precisa Bethoveen Herrera, vicepresidente de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas. "Lo más grave, creo yo, es que se graven celulares de gama media cuando hoy en día el trabajo en casa, la educación virtual y el comercio electrónico suponen esos equipos", agrega el analista, apuntando que agrandaría la brecha digital.
Estas protestas ocurren mientras que se va aplicando poco a poco una nueva cuarentena en Colombia, país que está viviendo su tercera ola con 3 millones de casos y más de 720.000 muertos solo es superado en la región por el gigante sudamericano y México.
Aunque la reforma tributaria fue presentada como una herramienta para mitigar la crisis que provocó la pandemia, la iniciativa enfrenta obstáculos en un Legislativo sin mayorías claras. Incluso el partido del gobierno, el Centro Democrático, hizo reparos al proyecto.
Para el profesor de ciencia política de la Universidad del Rosario Yann Basset, el presidente "está en una situación muy difícil", pues "el descontento y el rechazo a la reforma ha sido bastante generalizado".
Pero Duque sabía que presentar el proyecto "a un año de las elecciones y además en medio de una pandemia que genera muchos problemas económicos y sociales (...) iba a ser extremadamente impopular", añadió.
El gobierno pretende recaudar el equivalente a unos 6.300 millones de dólares entre 2022 y 2031 con la reforma.
Algunas de las propuestas que causan mayor descontento consisten en gravar servicios básicos en zonas de clase media-alta, funerales, gasolina y crear un impuesto sobre la renta para personas que ganen más de 656 dólares mensuales, en un país donde el salario mínimo es de 248 dólares.
Fuente: RFI