Solo una de las 16 regiones del país estará en manos de un gobernador regional de Chile Vamos. Y es que la elección de este domingo estuvo marcada por una dura derrota para el oficialismo, que solo logró elegir a Luciano Rivas en La Araucanía.
Un panorama que deja a 18 de los 19 millones de habitantes del país en manos de un gobernador que no pertenece a la coalición de gobierno, lo que desde ya supondrá una pugna de poderes con la otra figura que se creará con esta reforma: la del delegado presidencial, quien será el representante del Ejecutivo en los territorios.
Si Chile fuera una torta, 10 trozos quedarían en manos de Unidad Constituyente, siendo 4 de ellos para la DC, 4 para el PS y 2 para independientes dentro de dicho pacto.
En tanto, 2 trozos de la torta serían para el Frente Amplio, 2 para independientes fuera de pacto pero ligados a la oposición, 1 trozo para el partido Ecologista y solo 1 para Chile Vamos.
Las cifras de participación en la segunda vuelta de las elecciones de gobernadores regionales están entre las más bajas de la historia, alcanzando apenas un 19.61% a nivel nacional, superando incluso las municipales del 2016, donde se registró un 33.4%.
Según las cifras oficiales del Servicio Electoral (Servel), de las 13 regiones convocadas para estos comicios, en siete de ellas la abstención se disparó sobre el 85%. De hecho, hubo varias regiones donde apenas se alcanzó la mitad de los electores que votaron en primera vuelta.
Las que tuvieron peores niveles de participación fueron: Antofagasta (12.21%), Atacama (12.66%), Los Lagos (12.77%), Tarapacá (13.62%), Biobío (13.68%), Maule (13.71%) y La Araucanía (14.06%).
Por otro lado, las que tuvieron mayor participación fueron la Región Metropolitana (25.67%) y Los Ríos (21.08%), aunque aún así fueron porcentajes muy bajos.
Cabe señalar que hubo tres regiones donde no se desarrollaron elecciones, porque ya tenían candidatos ganadores en primera vuelta: Valparaíso, Aysén y Magallanes.
Fuente: Nodal