Cuando el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, visitó el jueves al presidente ultraconservador de Brasil, Jair Bolsonaro, trajo un mensaje de Washington: No interfiera en las elecciones.
Una fuente familiarizada con el asunto confirmó a Reuters que el gobierno de Joe Biden planteó su preocupación por las afirmaciones infundadas de Bolsonaro sobre el fraude en el sistema de votación totalmente electrónico de Brasil y su amenaza de no aceptar los resultados de las elecciones del próximo año si no se cambia el mecanismo, muy en sintonía con la estrategia del expresidente estadounidense Donald Trump.
La naturaleza del mensaje entregado por Sullivan fue reportada por primera vez en el periódico Folha de S.Paulo el sábado. Citaba a un funcionario estadounidense diciendo que Sullivan subrayó la importancia de no socavar la confianza en el proceso electoral de Brasil, sobre todo teniendo en cuenta que no se han presentado pruebas de fraude en elecciones anteriores.
Bolsonaro ha arremetido durante semanas contra las máquinas electrónicas utilizadas en Brasil y ha presionado para que se adopten boletas impresas que puedan ser contadas manualmente si se disputa algún resultado electoral. Pero el mandatario no aportó ninguna prueba de fraude en el pasado ni de las vulnerabilidades actuales.
El presidente ha atacado ruidosamente a un juez del Tribunal Supremo Electoral (TSE) por dudar públicamente de sus afirmaciones infundadas y por decir que el sistema podría ser auditado. La semana pasada, la corte, harta de los ataques de Bolsonaro, abrió una investigación contra él.
Los críticos temen que Bolsonaro, al igual que Trump, esté sembrando dudas en caso de que pierda las elecciones del próximo año.
Con su popularidad cayendo en medio del segundo mayor número de muertos del mundo por Covid-19, las encuestas de opinión muestran que Bolsonaro está por detrás del ex presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, aunque el líder del Partido de los Trabajadores (PT) no anunció oficialmente su candidatura.
La delegación de Sullivan transmitió la confianza de Estados Unidos en la capacidad de las instituciones brasileñas para celebrar elecciones justas y libres en 2022, dijo la embajada estadounidense en un comunicado, sin dar detalles.
Sullivan también se reunió con el ministro de Defensa, Walter Braga Netto, y con el asesor de seguridad presidencial, Augusto Heleno, ambos generales retirados del ejército y estrechos colaboradores de Bolsonaro.
En medio de una crisis que se agrava, Bolsonaro ha ignorado los llamados -incluso de algunos de sus propios aliados- para que abandone su disputa con el Tribunal Supremo. El viernes, llamó a uno de sus jueces "hijo de puta" en medio de las crecientes tensiones por su insistencia en que las máquinas son vulnerables al fraude.
Fuente: Ámbito