Este fin de semana, la Municipalidad clausuró un parador de Costanera Este luego de una serie de reclamos por parte de la vecinal 7 Jefes por un exceso de faltas a las normas de convivencia urbana. Los vecinos denunciaban contaminación sonora en horarios de descanso por alto nivel de decibeles.
"Es el cumplimiento a las normas vigentes de convivencia pacífica entre los vecinos. Nosotros como ciudadanos tenemos derecho a peticionar y los funcionarios del Estado son los intermediarios en tener el control y hacer cumplir las normas. Lo que aconteció el día viernes que fue la clausura del parador fue la ejecución del cumplimiento de la norma", dijo María del Carmen Castells de la vecinal 7 Jefes en conversación con Veo Noticias.
"El día martes de la semana pasada ese mismo parador había hecho una fiesta sin permiso municipal. El volumen era altísimo. Eran las 3 de la mañana y era imposible", comentó sobre lo que motivó la denuncia de los vecinos.
"La mayor parte de la gente cumple con sus obligaciones laborales, entonces nos lastima mucho que nos pongan en contra de las personas que también quieren trabajar", añadió.
Por otra parte, Castells se refirió al repudio que recibieron por la clausura del paradero: "Nosotros queremos que todos podamos trabajar y tener una convivencia pacífica siempre cumpliendo con las normas que habilitan a esa convivencia. Ese es un principio básico de toda sociedad democrática".
Si bien la integrante de la vecinal manifestó que reconocen que el barrio es "un barrio de esparcimiento", señaló: "Lo que nosotros queremos es que cada uno cumpla con las normas tal como establecen los reglamentos que los concejales elegidos por voto popular establecieron en su momento".
"Los que tienen que hacer los controles, sin que los estemos mendigando, son los municipales", concluyó. Además, Castells remarcó la necesidad de establecer un régimen particular para los paradores de la ciudad.
