Es el primer integrante de la tercera generación de teléfonos que comparten una plataforma de accesorios, los Moto Mods, que se unen en forma magnética a la parte trasera del equipo y que son universales (todos los accesorios funcionan con los seis modelos de Moto Z presentados hasta ahora).
Cuenta con un sensor de huellas digitales en el lateral derecho del teléfono y una pantalla Super AMOLED. Tiene además, como la mayoría de los equipos nuevos de 2018, un formato alargado (el doble de alto que de ancho) de 6 pulgadas, con bordes mínimos y una resolución Full HD+, es decir, 2160 x 1080 pixeles. Por otro lado, la espalda del teléfono ahora es de vidrio, como en la primera generación.
En lo que refiere a la cámara, usa una configuración de doble sensor trasero, de 12 y 5 megapixeles. La cámara principal tiene una apertura de f/1.7, autofoco vía doble pixel y doble flash; permite grabar video en 4K. En tanto, la cámara secundaria permite, como en el Moto G6 y G6 Plus, jugar con la profundidad de campo en un retrato, desenfocar el fondo y dejar el frente en foco, dejar sólo un elemento de la imagen en color, etcétera.