El tractorazo del fin de semana pasado mostró claramente el rechazo del campo a las políticas del Gobierno nacional hacia el agro. La manifestación masiva en Plaza de Mayo fue una postal del enojo de agricultores y ganaderos con las iniciativas oficiales. No hay dudas sobre qué piensan los productores. Pero, ¿qué piensa el resto de la sociedad argentina?, ¿el Gobierno perjudica o impulsa al sector? ¿lo considera un aliado o un enemigo?
Una encuesta de Synopsis-Amplificagro echó luz sobre esto. En relevamiento a 1.142 personas entre el 23 y el 25 de abril, el 56,2% respondió que la política agropecuaria aplicada por el Gobierno “empeora mucho el potencial del sector” y el 9,9% que “empeora algo” su situación. O sea, el trabajo reveló que el 66,1% de la sociedad, dos de cada tres habitantes, cree que la gestión de Alberto Fernández no solamente no ayuda, sino que perjudica al campo.
Uno de cada cuatro de los encuestados (exactamente, 25,1%) sostuvo en cambio que las iniciativas oficiales “mejoran en mucho o algo” al sector y 8,8% no tiene una opinión formada al respecto. Si se discriminan las respuestas por filiación o pertenencia partidaria, se aprecia que el 94% de los votantes de Juntos por el Cambio (JxC) considera como perjudiciales las medidas estatales, mientras que el 56% los adherentes al Frente de Todos las considera positivas.
El director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, afirmó que estos resultados no son sorprendentes, sino que responden a una cuestión de desaprobación general hacia la gestión gubernamental que puede ser explicada a través de dos elementos centrales. El primero de ellos es que “hoy el pensamiento, el abordaje o la forma que uno tiene de interpretar los acontecimientos está muy influenciada por el posicionamiento político. Uno se va dando cuenta que el clima de opinión está condicionado porque hay una mirada muy crítica de lo que está ocurriendo en términos políticos. Si la gran mayoría está cuestionado este gobierno, su rumbo y sus políticas ¿por qué no va a cuestionar la política agropecuaria?”.
El segundo punto de análisis, según Romero, responde al rechazo casi uniforme del campo desde comienzos de la Presidencia de Alberto Fernández. “El sector viene hace ya mucho tiempo, desde el comienzo de este gobierno, pero sobre todo desde el intento de expropiación de Vicentin para acá, marcando los errores y los prejuicios de la política agropecuaria del oficialismo. Entonces, por qué la cuestión pública no va a cuestionarlo o pensar lo contrario si el sector ha estado presente en el debate público rechazando las políticas e inclusive manifestándose, como lo fue el tractorazo de este sábado. No debería extrañarnos que la mayoría esté de acuerdo con la idea de que las políticas del gobierno perjudican o empeoran el desarrollo del sector”.
Esta percepción queda asentada en otras consideraciones que los encuestados dejaron plasmadas en sus respuestas. Por ejemplo, el 61,5% de los casos relevados piensa que el Gobierno tiene “animosidad” con el campo, ya que este “no es un sector políticamente afín” con el oficialismo. Además, el 78,1% sostuvo que el campo es el sector que peor se lleva con la actual Administración, por lo que, el 69,1% también consideró que el “tractorazo” de este último fin de semana es “muy razonable o razonable”.
Para Romero estas consideraciones tampoco deberían sorprender a nadie. El especialista señaló al respecto que hay antecedentes muy frescos y marcados que dan fundamento a estas percepciones como lo son el conflicto por la Resolución 125 en el año 2008 o la más reciente fallida intervención y expropiación de la agroexportadora Vicentin. Pero inclusive consideró que “es una verdad de Perogrullo que el Gobierno no tiene la intención de llevarse bien con el sector, además que está claro que toda la región pampeana es refractaria a este Gobierno”.
Impuestos
Otro punto en el cual la sociedad argentina no da su visto bueno, por lo menos en lo que consta a este relevamiento, es a elevar la presión fiscal, no solo sobre los sectores productivos, sino también sobre la población en general. Si bien, tiempos atrás la creación o incrementos de impuestos, sobre todo aquellos que impactaban en los sectores más pudientes, eran o apoyados o no rechazados por la sociedad, hoy es una cuestión que parece haber cambiado.
Por ejemplo, el 73,6% de las personas encuestadas aseveró que está “poco o nada justificado seguir creando impuestos para cubrir los gastos que implica las demandas en materia social”, mientras que solo el 21,4% le da su aval. Asimismo, el 70,7% de los consultados consideraron que al sector que se “carga más la presión impositiva para seguir sosteniendo las cuentas públicas” es al agropecuario, un reclamo del campo de larga data.
Respecto a las intenciones del ministro de Economía, Martín Guzmán, de gravar la denominada “renta inesperada”, producto de la suba, en parte, de los precios internacionales de los commodities por la guerra entre Rusia y Ucrania, el Gobierno también sufrió un revés: para el 65,2% de los encuestados está en desacuerdo con la decisión, mientras que solo el 27,5% la ve con buenos ojos.
Romero explicó que este rechazo responde a una “sensación de hartazgo a la cuestión de más impuestos” y consideró que en estos momentos “estamos en el ocaso de un período de dominancia de la cosmovisión estadocéntrica, donde todo lo resolvía el estado: donde había un desempleado se le daba un pan social, si una empresa no funcionaba se la estatizaba, si una persona no realiza aportes se le daba la jubilación igual. O sea, siempre el estado aparecía para resolver los problemas. Estamos en una etapa donde se está agotando esa cosmovisión y esto explica también porqué se reacciona contra más impuestos, incluso si el destino es para materia social”.
Fuente: Infobae