Secuestro extorsivo: entrega controlada de dinero frustró y puso en evidencia la maniobra

Un allanamiento que se ejecutó en una vivienda ubicada en calle Rueda al 3300 del barrio San Francisquito de la ciudad de Rosario, con la aprehensión de tres delincuentes de 25, 19 y 20 años, y el secuestro de dosis de cocaína, una escopeta de cañones paralelos cargada, además de una notebooks y una tablets, y 9 teléfonos celulares, fue la última secuencia de un suceso que comenzó siendo el secuestro extorsivo de una menor junto a su bebé de tres meses. Además, los policía federales, que actuaron en la investigación y en los distintos momentos del caso, vieron y así se lo hicieron saber  al juez federal N° 4 de Rosario, Marcelo Bailaque, otras consecuencias de este caso, que si bien tiene a las víctimas a resguardo  -madre menor y su beba- podría tener insospechadas  derivaciones. Además, hubo un cuarto detenido, en el mismo plano investigativo, después de un allanamiento a un inmueble del barrio Belgrano.

El martes por la tarde, un hombre que vive junto con su familia en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez, recibió un llamado telefónico en el que un hombre le dijo que su hija menor junto a su nieta de tres meses estaban secuestradas y exigían el pago de un rescate de 100 mil pesos para rescatarlas con vida a ambas. El hombre, estupefacto por el llamado, no perdió el equilibrio emocional, sino que por el contrario fue hasta la sede de la Comisaría 26°  de la policía rosarina y denunció el suceso. Por las características, desde la policía provincial, dieron curso a la justicia federal, en este caso el juez federal N° 4 Marcelo Bailaque. El magistrado ordenó que el caso fuera investigado por oficiales y suboficiales de la Policía Federal Argentina.

Los pesquisas de la Policía Federal Argentina, fueron de menor a mayor, y hablaron con la familia de la menor mamá de la beba. Una particularidad que no pasó desapercibida para los investigadores policiales, fue el comentario enfático y seguro de una de las hermanas de la joven mamá, "a mi la voz de ese pibe me resulta familiar, es una voz conocida". Uno de los agentes federales, con experiencia en este tipo de situaciones, se quedó hablando con la menor, y ella reveló algo que fue considerado vital desde ese primer momento. La menor dijo "tiene la voz parecida a un novio que tuvo mi hermana". Los federales pidieron la intervención telefónica, y fue concedida por el magistrado federal Bailaque. Luego, se sucedieron los llamados telefónicos con insistencia sobre el pago del rescate, siendo cada vez más firme la exigencia.

En el séptimo llamado telefónico entre el padre y los presuntos secuestradores, acordaron la cifra de 100 mil pesos, y que el padre viajaría hasta la ciudad de Rosario, y dejaría la cantidad de dinero pactada en adyacencias de la esquina que forman las calles Mendoza y Honduras, dentro de un contenedor. Cada maniobra que el padre de la víctima realizó estuvo monitoreada por los federales que vestidos de civil y en autos particulares siguieron la secuencia. Efectivamente, el hombre dejó el dinero en el contenedor señalado, luego de varias horas, se presentaron dos desconocidos a buscar el pago del rescate.

Finalmente, los tres secuestradores, junto a la menor y a su bebé. subieron a un remis y fueron seguidos por varios policías federales en dos vehículos particulares. El primer punto de inflexión ocurrió en bulevar Avellaneda y calle Rueda, donde bajaron los tres presuntos secuestrados. Una brigada de los Federales, ubicó la vivienda en la que ingresaron los tres desconocidos. El remis siguió junto a la menor y a su beba hasta la vivienda familiar de la menor y su beba en la ciudad de Villa Gobernador Gálvez. Allí, bajó luego de que entrara a su casa la menor y su beba, parte de la comisión de la Policía Federal, que constataron que la menor y su pequeña hija estaban en buen estado de salud, y que de ninguna manera pensaba denunciar a sus captores.

Informaron la novedad sobre el procedimiento de investigación, aprehensiones, seguimiento y secuestro de elementos probatorios incriminantes a la Agencia Federal Regional Litoral de la Policía Federal Argentina con sede en la ciudad de Rosario, y éstos hicieron lo propio con el juez federal N° 4 Marcelo Bailaque, con un informe pormenorizado sobre cada uno de los pasos y los detalles que rodearon a este particular caso.