La ofensiva militar rusa en la región del Donbass, en el este de Ucrania, calificada como un "infierno" por el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, parecía alcanzar este viernes algunos éxitos parciales de importancia, según anunció el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu.
"En el Donbass, los ocupantes están intentando aumentar la presión", dijo Zelenski durante un discurso a la población poco antes de que comience el día 86 de la invasión rusa. "Es un infierno, y no es una exageración", atizó.
En tanto, algunas horas después de la cotidiana aparición nocturna del presidente ucraniano, en Moscú el ministro Shoigu dijo que Rusia está cerca de controlar totalmente la región separatista de Lugansk, en el Donbass.
Lugansk es una de las dos provincias con mayoritaria población rusoparlante y cuya liberación fue uno de los objetivos presentados por Moscú en el inicio de la invasión militar, que entró en su día 86.
"La liberación de la República Popular de Lugansk está cerca de completarse", declaró Shoigu en referencia a una expulsión definitiva del territorio de las tropas ucranianas durante una reunión con responsables de su ministerio y del ejército, retransmitida por televisión, reportó la agencia de noticias AFP.
El funcionario utilizó la denominación que las autoridades rusas y las prorrusas de Lugansk y Donetsk suelen aplicar al referirse a ambas provincias separatistas, cuya independencia no es reconocida por Ucrania ni por la comunidad internacional.
Shoigu también aseveró que Rusia creará nuevas bases militares en el oeste del país, como "contramedida adecuada" a la expansión de la OTAN, luego de que Suecia y Finlandia -tras décadas de no alineamiento militar- decidieron solicitar su adhesión a la alianza atlántica, pese a las advertencias del Kremlin.
"Nuestros vecinos más cercanos, Finlandia y Suecia, han solicitado unirse a la OTAN. Por lo tanto, la tensión continúa creciendo en el área de responsabilidad del Distrito Militar Occidental", dijo Shoigu, citado por la AFP.
"Estamos tomando las contramedidas adecuadas. Bajo estas condiciones, estamos mejorando activamente la composición de combate de las tropas", agregó el Ministro.
Las fuerzas rusas están rodeando Severodonetsk, donde al menos 12 personas murieron y otras 40 resultaron heridas en un bombardeo en las últimas horas, y en la misma situación está la vecina Lisichansk, separada de la primera por un río que marca el frente de la guerra, reportó la AFP.
Concluida la rendición de los militares ucranianos en una enorme planta de acero de la sureña Mariupol, ahora ya definitivamente en poder de las fuerzas rusas, Severodonetsk y Lisichansk representan el último reducto de resistencia ucraniana en la zona este y sureste.
Respecto de la siderúrgica Azovstal, Rusia dijo este viernes que aumentó a más de 1.900 la cifra de combatientes bloqueados en la planta que se entregaron prisioneros a sus tropas desde el lunes.
"Los nacionalistas bloqueados en la planta han comenzado a rendirse. Hasta ahora 1.908 personas han depuesto las armas", declaró el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigú, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Uno de los comandantes del batallón de Azov -reiteradamente señalado como neonazi por Moscú-, Denis Prokopenko, dijo que abandonaron la planta siderúrgica al recibir la orden de Kiev de "dejar de defender la ciudad".
"El mando militar superior dio la orden de salvar las vidas de los militares de nuestra guarnición y de dejar de defender la ciudad", declaró Prokopenko, citado por AFP.
"Logramos salvar a los civiles, los heridos graves recibieron la ayuda necesaria. Logramos evacuarlos con vista a un posterior intercambio" de prisioneros, declaró Prokopenko.
En otro orden, Ucrania ya ha empezado a juzgar a militares rusos capturados por supuestos crímenes de guerra y los fiscales detallaron 12.595 cargos, incluyendo el bombardeo contra una unidad de maternidad de Mariupol.
El primer soldado ruso juzgado en Ucrania por crímenes de guerra pidió "perdón" ante un tribunal de Kiev al detallar cómo mató a un civil al inicio de la invasión rusa.
"Sé que no podrá perdonarme, pero de todos modos pido perdón", dijo el sargento de 21 años Vadim Shishimarin a la esposa del hombre de 62 años al que admitió haber matado en el noreste de Ucrania el 28 de febrero.
La Fiscalía ucraniana pidió la pena de prisión perpetua para Shishimarin.
El abogado del soldado,Viktor Ovsianykov, afirmó por su parte que su cliente "no es culpable", y pidió su absolución.
"Teniendo en cuenta todas las pruebas y testimonios, creo que (Vadim) Shishimarin no es culpable del crimen del cual es acusado. Pido que absuelvan a mi cliente", dijo.
Fuente: Telam