Rufus, un bull terrier de dos años, descubrió la actividad después de ver a unos niños practicar este deporte en la playa. Después de mostrar su entusiasmo, Tariq decidió dejar que el perro lo probara, aunque no esperaba que le gustara tanto.
El perro ha dominado esta difícil habilidad con relativa facilidad, y a menudo deja a los espectadores asombrados de cómo es capaz de mantener el equilibrio sobre la tabla.
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