La Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) emitió hoy un comunicado dirigido a los empresarios, a los espacios políticos y al ciudadanía, con el fin de explicar la actualidad de las importaciones en Argentina y su importancia en la matriz productiva local. En ese marco, aseguró que las nuevas restricciones que aplicó el Gobierno al sector en medio de la crisis cambiaria y la escasez de dólares en las arcas del Banco Central no son la solución al problema, al tiempo que indicó que éstas afectarán el empleo y el crecimiento del país.
“En un contexto donde reconocemos una situación agravada de crisis cambiaria, las importaciones no son el problema de fondo, pero si la variable de ajuste. Estas importaciones tienen un rol trascendental en las industrias productivas, además de generar importantes niveles de empleo en el comercio y en los servicios”, afirmó CIRA en un documento.
El Directorio del Banco Central dio a conocer esta semana modificaciones sobre las normas que rigen en el mercado de cambios que tienen por objetivo poner coto al “festival de importaciones” que impide a la entidad sumar reservas. La medida endurece las condiciones necesarias para acceder al mercado de cambios con el fin de pagar importaciones, achicando cupos mensuales y poniendo el foco sobre las compras de empresas.
En tanto, según la CIRA, la recuperación del PBI durante todo 2021 y especialmente en el primer cuatrimestre del 2022, luego de sufrir una importante caída producto de la pandemia y la falta del ritmo productivo nacional en 2020, presionó de forma exponencial al aumento de los pagos por importaciones vinculados al mayor nivel de actividad económica.
En ese sentido, afirmó: “Este crecimiento, siempre positivo, requiere de políticas de comercio exterior que fortalezcan las bases de la previsibilidad y generen expectativas que contribuyan a un mejor desempeño empresarial a partir de, entre otras cosas, ser eficientes en la cadena de abastecimiento”.
Y agregó que “el plano internacional pone al sector ante el desafío de la inflación -un histórico flagelo argentino- con países que han alcanzado cifras no vistas en décadas”. Según los empresarios del sector, la presión se traslada también al plano local donde los precios por importaciones “aumentaron dos dígitos entre iguales períodos 2021 y 2022″.
Asimismo, la Cámara de Importadores señaló que a este contexto se suma la crisis energética que agrega incertidumbre a la posibilidad del crecimiento en el intercambio comercial argentino con el mundo.
“Desalentar las importaciones dificultando los pagos al exterior de las obligaciones contraídas por los empresarios no pareciera ser una solución eficiente, desarrollista y de largo plazo cuyos efectos sean positivos. Más bien, los resultados esperados podrían ser todo lo contrario”, afirmaron.
Por último, CIRA afirmó que el sector comprende la necesidad de priorizar ante la escasez, pero remarcó que no esperan una solución a la escasez de las divisas poniéndole un límite al comercio exterior. “Las soluciones deben surgir de los incentivos a la creación de valor exportable, de la mejora de los costos en los servicios vinculados a la cadena de abastecimiento, de un clima de negocios estable y de la consolidación del diálogo público privado”, concluyó la Cámara en el comunicado.
Cabe recordar que la nueva normativa fuerza a las empresas -sobre todo a las más grandes- a conseguir financiamiento de parte de bancos, entidades del exterior, casas matrices y proveedores a la hora de hacer parte de sus pagos. Establece, según el tipo de importación, plazos de financiamiento obligatorio de entre 180 y 360 días para gran parte de las importaciones, aunque con excepciones. Las pequeñas y medianas empresas tienen un trato más laxo y también las compras de bienes de capital -máquinas y otro equipamiento para producir.
Fuente: Infobae