Con una actuación que superó la hora y media, Oscar Esperanza Palavecino se robó todos los aplausos en la segunda noche de la Fiesta Nacional de la Frutilla. El sábado hubo de todo y se dio el cierre musical con Los Totoras que tuvieron una actuación algo más acotada.
Previamente, se produjo la apertura con la participación de la Academia de Danzas Folklóricas Argentinas y Aerobasic Gym quienes trabajaron un show conjunto que tuvo hasta la participación de alumnas de telas de Puente del Sol y la actuación de Roberto Marty.
En cuanto a las soberanas, se dio a conocer que desde esta edición ya no se llamarán reina sino representantes para estar a tono con las nuevas recomendaciones nacionales. Así, Camila Rojas tomó la responsabilidad que dejó Valentina Chamorro. Aparte, hubo recambio de embajadoras.
Quedará para luego del cierre los balances en cuanto al futuro de los actos centrales de la fiesta, qué hay que corregir y qué repetir, ya que el viernes se vivió una fiesta desbordada de público y el sábado un lleno cómodo en la Costanera. Aún queda la jornada de domingo que también se espera sea multitudinaria. Anoche, la conducción estuvo a cargo de Rodolfo «Pipo» Rodríguez y Marcelo Iribarne, rostro de la TV Pública y de varios festivales populares.
El domingo
La noche del domingo, una de las más populares de la 63° Fiesta Nacional de la Frutilla, fue redondita. Las actuaciones de la Docena seguida por la del Indio Lucio Rojas estuvieron a la altura de las circunstancias e hicieron delirar a la gran cantidad de personas que «bajaron» a la Avenida Costanera.
Es que en primer en la Plaza Urquiza actuaron la Academia de Danzas Árabes Khuzayma de Angie Molina, Alma, Mateo y Andrés Alarcón con danzas folclóricas, Academia Shukran de Danzas Árabes, de Samanta Mangeaud, el rock de Veinte Años Tarde, A Todo Ritmo con sus coreografías, The Box Fitness Dance de Ale López, Los Chamamigos, Agrupación Adultos de la Academia de Danzas Folclóricas Argentinas de Coronda, Taller de Tango Coronda, Urban Dance de Fabián Farriol, Parte de la Noche, cumbia urbana y el primer concurso de coctelería en base a frutillas.
Sobre esta última organización, los premios se entregaron en el escenario mayor de la Avenida Costanera y la ganadora fue Dalma Ridolfi, mientras que Ian Fernández y Jerónimo Schappe fueron segundo y tercero. Hubo seis participantes.
Ya en lo referente al cierre musical, La Docena hizo una presentación impecable de su repertorio y cerró con una verdadera sorpresa. El propio Lucio Rojas accedió en la prueba de sonido previa a ser parte de la interpretación de «Soy de Coronda» que tiene letra de Pipo Rodríguez. También fueron parte Lisandro Frutos y Fede Ripani quienes supieron ser integrantes del grupo.
Ya en el cierre el Indio Rojas llegó con toda la fuerza. Actualmente el artista se encuentra presentando la gira «Soy del monte», un reflejo claro del potencial musical y escénico que el salteño ofrece en cada uno de los escenarios que visita.
La propuesta de El «Indio» Lucio Rojas atraviesa la identidad, la danza y alegría, donde sobresalen las chacareras y zambas vinculadas a su paisaje natal: Marca Borrada, Salta, de un artista con raíz y fundamento.
Desde el inicio de su gira “Yo soy el Indio”, arrasó en 2016 con una peña en Cosquín que fué la más convocante del verano, luego vineron dos Trastienda en Capital Federal con entradas agotadas, un Studio Theater en Córdoba repleto y festivales y peñas registrando llenos absolutos. En septiembre del 2017 actuó a sala llena en el Teatro Ópera, debutando en Calle Corrientes con gran éxito.
Sin dudas, de los momentos más recordados de su participación se encontró la posibilidad que le brindó a bailarines y cantantes locales de subir al escenario. Así hubo una competencia de zapateo con un arijonense y un corondino (José Alarcón) que «la rompieron» mientras que también participó una pequeña de López (María Emilia Sottocorno) que interpretó una muy bonita canción. Ella había sido consagración en «López Canta» y en la Fiesta del Tractor.
El éxito de la fiesta se debió a varias razones. Organizaciones novedosas, la participación de unos 160 expositores alrededor de la Plaza y calle San Martín y la elección de artistas populares para cada noche. Hay cuestiones por mejorar? Siempre las habrá. Solo resta comprender que la cultura no se debe regir por las leyes del mercado, no tiene por qué dar ganancias (obviamente no se puede «tirar la casa por la ventana») y siempre es alimento al alma de la población que la disfruta.
