La cumbre del G20, que reúne a los países ricos y a las principales economías emergentes, concluyó en Bali el 16 de noviembre. Aunque no figuraba en el orden del día oficial, la guerra en Ucrania dominó ampliamente los debates. Incluso se aprobó un comunicado final.
Sabíamos que este G20 sería difícil. Como Rusia puede contar con la neutralidad de algunos de sus aliados, como China e India, hubo incluso dudas sobre la publicación de un comunicado final al término de la cumbre de dos días, pero al final los líderes reunidos en Bali lograron acordar un texto común que "condena enérgicamente la guerra en Ucrania".
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, reconoció que existieron negociaciones "muy duras" para poder cerrar una declaración conjunta de la cumbre del G20.
"La discusión fue muy, muy dura, pero finalmente los líderes acordaron el contenido de la declaración que es la condena de la guerra en Ucrania porque ha violado las fronteras, la integridad de la región", dijo Widodo en rueda de prensa.
Y la palabra "guerra" fue efectivamente respaldada por la mayoría de los miembros del G20, una señal de que las líneas se han movido entre los países emergentes. Otro punto destacable es que el Grupo de los 20, incluida Rusia, subraya que el uso, o la amenaza de uso, de las armas nucleares es inaceptable.
Pero el G20 es ante todo un foro económico, y el texto subraya que el conflicto en Ucrania está socavando la economía mundial. Por ello, los dirigentes se comprometieron a controlar la subida de los tipos de interés para frenar la extrema volatilidad del mercado de divisas.
Por último, en solidaridad con los países del Sur, el G20 pide que se renueve el acuerdo sobre las exportaciones de cereales y que se supervise el mercado energético, ya que el coste de la energía se ha convertido en una carga para los países más vulnerables.
