La esposa de Daniel Alves, Joana Sanz, visitó por primera vez al futbolista en la cárcel de Brians 2, donde se encuentra detenido hace 20 días, acusado de agresión sexual a una mujer en el baño de un boliche en Barcelona. Además, la modelo asistió acompañada de un chef brasileño amigo del jugador, al cual señalan como uno de los presentes en la noche en la que luego fue denunciado.
De acuerdo a la prensa española, la mujer habría estado 50 minutos en la cárcel y, al salir, los periodistas la esperaban para hacerle preguntas. Entre las respuestas que dio aseguró que el ex futbolista de Barcelona no se había negado al encuentro.
Asimismo, se refirió al pedido de divorcio, que ella le habría solicitado y, si bien no desmintió este rumor, advirtió que respaldará al jugador: "No lo voy a dejar solo en el peor momento de su vida". Además, en las últimas horas, ocho nuevos testigos declararon frente a la jueza María Concepción Cantón Martín, quien reemplazó a Anna Marín. Dos de las personas que hablaron fueron las amigas que estuvieron junto a la joven de 23 años que habría sufrido la agresión aquella noche. Según sus palabras una vez que salieron del boliche, la mujer habría dicho: "Me ha hecho mucho daño".
Por otra parte, Dani Alves a raíz de la denuncia en su contra, terminó el vínculo con cuatro sponsors, lo que le representa una pérdida de entre 30.000 y 50.000 euros por derechos de imagen y publicidad que ingresaban a través de una de sus sociedades con domicilio fiscal en Barcelona.
"Está asfixiado económicamente", aseguró su abogado, Cristóbal Martell. En primer lugar, Pumas le rescindió el contrato poco después de que su detención saliera a la luz. Luego se sumó la empresa brasileña Hygia Saúde, de servicios financieros y seguros, y Ethika, una firma de ropa.
Por su parte, 1xPartners, una compañía de apuestas deportivas, acordó dejar en suspenso el vínculo a la espera del juicio.
