"La Iglesia Católica está viviendo una crisis profunda no solo en Argentino sino en América Latina y Europa", comenzó diciendo Fortunato Mallimaci, doctor en Sociología y especialista en temas religiosos, en diálogo con Veo Noticias al ser consultado por la falta de sacerdotes y monjas en las instituciones católicas.
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Mallimaci aseguró que la problemática "es un fenómeno global". "Lo que está crujiendo es la estructura de la Iglesia Católica pensada en un territorio que es la parroquia. Eso es lo que construyó la cristiandad en Europa y en América Latina, y hoy eso no va más", sostuvo.
"Se hicieron diversas experiencias con comunidades de base, comunidades que asumieran ellos las parroquias, los hospitales y los colegios, pero la autoridad eclesial cortó por lo seco y dijo que ese no era el camino y hoy se encuentra con esta dificultad enorme de los sacerdotes porque podría haber mujer sacerdotisas o cristianos que se hagan cargo", consideró y agregó: "Ahí hay una discusión muy fuerte al interior de la iglesia, el Papa actual intenta hacer unos cambios, pero hay mucha resistencia por parte de los sectores más conservadores".
El doctor en Sociología dijo que "tarde o temprano la autoridad católica tendrá que tomar la decisión de dar mucha participación al resto de los católicos, que las mujeres sean iguales a los varones, es decir, que puedan hacer misas y ocupar cargos, y después que el resto de los cristianos asuma responsabilidades". Para esto, consideró, deberá formarse otro tipo de presencia no basada en el territorio, en el poder o en Estado sino en la fe de las personas.
Para Mallimaci el problema es el modelo de la Iglesia Católica que fue creado para una época de la historia y "hoy no va más". "A eso se le suman los problemas internos que van desde los asuntos económicos hasta la pedofilia y eso hace crujir en todo el mundo", indicó.
"Las personas siguen siendo cristianas de otra forma, ya no en la forma católica, sino en la forma evangélica. Ese cristianismo se renueva por abajo por lo cual lo sagrado no está concentrado en una persona, en un lugar, en un templo sino que se distribuye en la comunidad. Ese modelo tiene pequeños grupos que no logran comunicarse con otros grupos. Lo que les pasa a los grupos religiosos es lo que les pasa al resto de la sociedad: desconfianza a la institución eclesial, desconfianza en la política, búsqueda de otros espacios", explicó.
Mallimaci dijo que "cambiar la iglesia necesita tiempo y grupos que lo lleven adelante" y en este sentido valoró la postura del Papa Francisco. "Él quiere ver otro modelo, el sacerdote amigo y que acompañe, y basta de condenas; basta de condenar si es lesbiana, si es gay, si es ateo, si viene o no al templo. Todos somos hermanos y hermanas", contó. "Lo que sucede es que a las propias personas a cargo de la institución católica les cuesta. Este es un tema muy fuerte en nuestra sociedad, el de las identidades, y las identidades son múltiples y diversas, y algunos para quedarse ponen identidades fuertes creyendo que así van a poder perdurar en el tiempo, pero se hacen menos y menos las posibilidades de transformar", concluyó.
