Muchas veces una pequeña decisión puede cambiar la vida de una o varias personas. La historia que viene a continuación no es el argumento de una película romántica de Hollywood, aunque podría serlo.
Hace un año, Ornella había ido a bailar a un boliche de la costanera con sus amigas. Pasaron por la previa, se produjeron para la ocasión y salieron a disfrutar uno de los últimos fines de semana antes de la llegada del otoño del 2022. La chica bailaba con sus amigos en el centro de la pista los temas de moda. Muy cerca, Francisco también estaba con sus amigos disfrutando de la noche porteña.
El inicio de la aventura
Ornella y Francisco tenían amigos en común pero a ese momento no se habían registrado. Nada, ni una mirada, ni un gesto que indicara que algo podría llegar a pasar entre los dos. Avanzó la noche y los dos grupos se reunieron en el centro de la pista. Pero la futura pareja seguía sin cruzar ni una mirada. La tensión va creciendo en este guión extraído de la vida real de estos dos jóvenes.
Terminó la noche y con el sol ya asomando sobre el Río de la Plata, los dos grupos juntos enfilan hacia los autos.
- ¿Te llevo?, le dice Ornella con total naturalidad. Así le dirigía la palabra por primera vez en toda la noche. Un simple dale de Francisco, que había dejado el auto en la casa de un amigo, dio inicio a la aventura que esta semana está cumpliendo un año
Salieron con el auto y al pasar por aeroparque, el chico lanza el desafío. “¿Y si tomamos el primer avión que sale y nos vamos el finde?”. Ornella no se asusta. Y repite el dale que hace avanzar esta historia. Estacionan el auto y se ponen en la fila para sacar pasajes por ventanilla como si fuera la estación de micros de Retiro.
Destino Mendoza
“Había varios vuelos con pocos minutos de diferencia. Y elegimos Mendoza por mi pasión por el vino. Mi perro se llama Malbec -relata Francisco ante Infobae al recordar el momento-. Todo el tiempo en la cola yo pensaba que se iba a arrepentir. Y no, Orne seguía firme en esta locura del viaje”.
La chica escucha la parte del relato y asiente. “Yo también esperaba que el dijera que era todo una joda, que mejor cada uno se va a dormir a su casa. Que podemos hablar para salir otro finde. Pero no, todo seguía adelante. Hasta que tuvimos los pasajes y ya estábamos embarcando”, recuerda Ornella para completar el relato.
Viajaron en asientos separados. Y ya en Mendoza, alquilaron un auto, compraron un cargador para sus celulares y alquilaron la pieza de un hotel. La comedia romántica avanzaba. Nadie podría dudar de que esta historia se podría convertir en un tanque de Hollywood, de esos que se vuelven a ver todo el tiempo en los canales de cable.
Al otro día, domingo, visitaron una bodega. Desde Buenos Aires todos los amigos no podían creer la locura en la que se habían embarcado. “Falté a un partido de fútbol -admite Francisco sin culpa-. Pero mis amigos en vez de insultarme, no paraban de aplaudirme. También dejé a mi perro Malbec solo en mi casa. Así que tuve que pedirle a mi familia que le vayan a dar de comer y a sacarlo a pasear”.
Ornella y Francisco volvieron ese domingo con la misma ropa de noche con la que se habían ido. En Mendoza solo pudieron comprar desodorante, cepillo y pastas de dientes. Ya en Buenos Aires, una amiga les pidió permiso para tuitear la historia. Y el texto breve se convirtió en viral en un par de horas. Todos en Twitter hablaban de esos chicos que habían pasado del boliche en la costanera a un viaje a Mendoza si escalas en cuestión de segundos.
“La viralización fue una gran bola de nieve que hasta el día de hoy no lo podemos creer - explica Francisco, un año después del tuit-. Todo el mundo en las redes hablaba de nosotros sin conocernos”.
Pasó un año y ya nadie habla de ellos en las redes sociales. Su vida continuó. Tras el viaje, volvieron a sus trabajos. Ornella es empleada en una empresa de productos de consumo masivo y Francisco, abogado. Empezaron a salir en un “noviazgo normal”, se ríen al mismo tiempo los jóvenes. “Comparado con el viaje de hace un año, ahora tenemos una relación más normal”, explica el joven. Ella, en tanto, le propone ante el periodista de Infobae que cada vez que llegue esta fecha de marzo deberían hacer un viaje para festejar el amor. Francisco asiente.
El romance avanzó y desde hace poco tiempo, Ornella y Francisco ya conviven en una casa de Beccar junto al que llaman como su “primer hijo”, el perro Malbec.
Cuando Infobae le pregunta si hay planes de casamiento. Los dos se miran cómplices y el que contesta es Francisco. “La idea está pero no queremos apurarnos. Arrancamos con una locura como fue irnos así de una a Mendoza, pero ahora ya no hay tanto apuro”, resalta el joven abogado.
Así, con todavía los recuerdos intactos de lo que pasó hace justo un año. El momento en que deciden avanzar en la fila, que pagan los pasajes. Que ya no había vuelta atrás. Los chats con los amigos y las recorridas por los viñedos mendocinos tomados de la mano. “Creo que fue un gran comienzo para una historia de amor. Puede parecer una película, pero ya forma parte de nuestras vidas y es algo que creo inolvidable”, afirma Francisco, mientras Ornella lo mira y asiente. Así los chicos, mientras pasean a Malbec por las calles de Beccar ya piensan en cómo seguirá el futuro juntos y cada vez más enamorados.