El tribunal, integrado por Susana Luna (presidenta) y Rosana Carrara y el juez Sebastián Zseifert, condenó a Carlos Marcelo Salas, de 51 años, a la pena de prisión perpetua por el femicidio de Gisela Bustamante, perpetrado en febrero de 2016. Además, se lo halló culpable de los delitos de tentativa de femicidio en perjuicio de otra mujer y promoción y explotación de la prostitución ajena, ambos delitos agravados (por violencia, amenazas, abuso de una situación de vulnerabilidad y la convivencia) de su ex pareja.
La fiscalía logró comprobar que la víctima se dedicaba al intercambio de sexo por dinero y acordó un pase sexual con el acusado, en inmediaciones de la avenida General López y San José. En tal contexto, se dio el ataque en el cual Salas le quitó la vida a Gisela.
Cinco meses después, trató de quitarle la vida a una joven, que en ese momento era menor de edad, el hecho tuvo lugar en un galpón ubicado en avenida Freyre, a metros de 3 de Febrero. Salas recurrió a la misma modalidad delictiva: consensuó un pase sexual con la víctima, la golpeó en el rostro y comenzó a asfixiarla; la conducta violenta cesó cuando llegaron agentes policiales que habían sido convocados por vecinos que escucharon gritar a la joven.
Además, Salas fue condenado por haber obligado a su pareja a intercambiar sexo por dinero con otras personas en avenida Freyre y Amenábar. Le indicaba qué ropa debía usar, la vigilaba mientras ella estaba en la calle y le decía cuánto debía cobrar.
