La Unión Cívica Radical (UCR) recobra protagonismo como un actor clave para el próximo ballottage del 19 de noviembre. Con Juntos por el Cambio (JxC) fuera de la pelea de fondo, los radicales se debaten entre permanecer en una coalición guiada por las tensiones y en la que a veces se sienten rechazados, o comenzar a tender puentes con Sergio Massa para impedir la victoria de Javier Milei.
Hacia adentro del partido centenario, no obstante, las posturas no están todavía definidas y ya comienzan a aparecer fisuras: mientras unos hablan de trabajar “en silencio” para Massa, otros priorizan la unidad de la coalición opositora y hablan de otorgar “libertad de acción”, como lo hizo la Coalición Cívica, de Elisa Carrió, una de las fundadoras de JxC.
En Pro, las suspicacias sobre cómo jugaron sus aliados radicales en los comicios aumentaron ante los pobres resultados que obtuvo Patricia Bullrich en algunas provincias “correligionarias”. Bullrich solo ganó en la Ciudad de Buenos Aires, quedó segunda en Corrientes y Mendoza, y tercera en Jujuy, Chaco y Santa Fe.
“No hay que hablar, hay que ser prudentes”, repiten en el entorno de un gobernador de la UCR. Una parte de la dirigencia radical está guardada, a la espera de que germine el diálogo interno para poder consolidar un discurso homogéneo. En las próximas horas, la convocatoria a una mesa nacional podría ser el camino para delinear los pasos a seguir.
En este esquema, los líderes provinciales son los más cautos y hasta coquetean con la idea de conformar una “liga de gobernadores” radicales para manejarse en bloque y con mayor autonomía. Por eso, hablan de “no pronunciarse públicamente” a favor de ningún candidato, a la vez que piensan una lógica en la que prime la “libertad de acción”. “No vamos a seguir las definiciones de Pro”, señalan quienes pretenden reconfigurar el esquema de poder dentro de la oposición y piensan en “una estructura legislativa propia”. Todavía mascullan bronca por quedar en el medio de la interna “amarilla”.
Alfredo Cornejo, quien gobernará Mendoza desde el 10 de diciembre, fue uno de los pocos que se pronunciaron públicamente. A través de X -extwitter-, apuntó a trabajar “con los diez gobernadores y todo JxC unidos”. En voz baja, cerca de un líder provincial de la UCR comentaron el caso de Leandro Zdero. El gobernador electo de Chaco tiene por delante una transición difícil que podría alivianarse en caso de no obstaculizar las aspiraciones presidenciales del candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa.
Bajo esta ecuación, los dirigentes provinciales pretenden diferenciarse de la posición de Gerardo Morales, presidente nacional del partido, quien ayer se bajó del escenario mientras hablaba Patricia Bullrich. Habían acordado previamente, en una reunión reservada junto a la referente nacional del espacio, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Emiliano Yacobitti y Maximiliano Ferraro, entre otros, que el discurso de la candidata apuntalaría a Juntos por el Cambio en su lugar de oposición para fortalecer a los gobernadores electos y al bloque de legisladores. Sin embargo, eso no pasó.
“Macri la persuadió para que le haga un guiño a Milei”, señalan desde el radicalismo sobre el mensaje que transmitió Bullrich desde el escenario del búnker en el predio de Parque Norte. Si bien la candidata de JxC habló del lugar de la coalición opositora, dijo: “Hace años que la Argentina está en decadencia. Nunca vamos a ser cómplices del populismo ni de las mafias que destruyeron este país. No me voy a rendir nunca”. En el radicalismo se interpretó como el rol que tomará en el ballottage entre Massa y Milei, y como un guiño al libertario. Por eso, apretaron el acelerador y se encargaron de exhibir las diferencias para motorizar una posible ruptura. En el macrismo demienten cualquier influencia del expresidente sobre Bullrich. “Es desconocer a Patricia. No consultó con nadie lo que iba a decir”, indicaron. Sobre el abrupto escape de Morales, detallaron que fue después de que la exministra hablara mal de Massa.
El presidente de la Juventud Radical de la Ciudad de Buenos Aires, Agustín Rombolá, alimentó hoy las fisuras internas de JxC al rechazar un posible acercamiento a La Libertad Avanza para el balotaje, alegando que la fórmula libertaria “atenta contra la democracia argentina” y que la UCR “no puede estar en la misma vereda que (Javier) Milei”. “Nosotros siempre estamos parados del lado de la construcción democrática y eso implica combatir a Javier Milei”, aseguró Rombolá en diálogo con Radio 10.
“Hicimos todo lo que teníamos que hacer. Cada vez que nos convocaron, estuvimos”, repiten cerca del espacio correligionario liderado por Martín Lousteau, que tiene a Maximiliano Pullaro, gobernador electo de Santa Fe, como uno de sus referentes provinciales. Y aseguran: “No vamos a ser parte de un gobierno de unidad nacional de Massa”. No obstante, otras versiones indican que esta porción del radicalismo trabajará con el ministro de Economía y candidato presidencial “sin levantar la voz”.
Es que los coqueteos entre el expresidente Mauricio Macri y el economista libertario después de las PASO generaron mucho ruido entre la dirigencia de la UCR, quienes se sintieron ninguneados por un sector de Pro a la par que crecía su relevancia provincial. Por eso, a 24 horas de conocerse los resultados de las generales, las especulaciones y los pases de factura dentro del espacio opositor emergen como moho, aunque el hongo comenzó a gestarse durante la campaña electoral.
Con una merma electoral considerable, Bullrich perdió tres puntos respecto de las PASO en Mendoza, Chaco y Corrientes, mientras que Massa creció allí entre un 6% y un 7%. En Jujuy y Santa Fe, en tanto, la candidata de JxC retrocedió seis puntos a la vez que el postulante de Unión por la Patria sumó entre un 8% y un 11% con respecto a las primarias. En todas estas jurisdicciones, gobernarán dirigentes radicales desde el 10 de diciembre. Por eso, en Pro miran de reojo a la UCR local y recuerdan la foto que Morales y Valdés se sacaron con Massa en plena campaña. En el radicalismo, en tanto, se despegan de las acusaciones de traición. “La campaña de Patricia fue muy mala”, señalan.
Fuente: La Nación