Un grupo de padres se concentró en la escuela Técnica Nicolás Avellaneda para exigir mejores condiciones para el dictado de clases de sus hijos. Sostienen que la situación es grave y que cada vez que llueve se suspenden las clases del taller. Además, remarcaron que esto no es de ahora sino que lleva un buen tiempo.
La situación no es nueva ya que el pasado 2 de noviembre había pasado exactamente lo mismo, el taller de carpintería pasado por agua, los alumnos en peligro debido a la conexión eléctrica que los profesores interrumpieron inmediatamente y el daño a las maquinarias, de uso esencial para el dictado de clases.
A pesar de la demanda de obras, las respuestas no llegaron y esta semana otra vez se interrumpieron las clases en el edificio de Calcena al 900 de la ciudad de Santa Fe.