Corrientes vivió este domingo una jornada electoral que confirmó el peso del oficialismo local. Con más del 50% de los votos, la fórmula Juan Pablo Valdés–Pedro Braillard Poccard, del frente Vamos Corrientes, se impuso con claridad y garantizó la continuidad de un esquema político que ya lleva dos décadas en el poder. El nuevo mandatario será el sucesor directo de su hermano, el actual gobernador Gustavo Valdés, principal artífice del triunfo.
La victoria se produjo pese a las fracturas internas del radicalismo, el distanciamiento con Ricardo Colombi y la salida de dirigentes hacia La Libertad Avanza. En su discurso, Gustavo Valdés subrayó un mensaje de unidad nacional y diálogo político, a la vez que reivindicó la resiliencia del electorado correntino.
El resultado dejó también un golpe fuerte para la oposición. El PJ, que apenas superó el 20% de los sufragios, no logró capitalizar las divisiones del oficialismo. La figura emergente de Martín “Tincho” Ascúa aparece como una referencia renovada, aunque insuficiente para torcer la balanza.
Peor fue el desempeño de La Libertad Avanza. Con Lisandro Almirón como candidato, no llegó al 10% y terminó cuarto, lejos de las expectativas generadas. Ni la visita de Karina Milei ni el intento de instalar a Almirón como “el Milei correntino” lograron revertir una campaña que terminó en tropiezo y que, en parte, golpea también la imagen del presidente.
En tanto, Ricardo Colombi quedó en tercer lugar y sin chances de forzar un balotaje, debilitado en su pulseada interna. Todo indica que el centro de poder provincial seguirá concentrado en el valdecismo.

