La Federación Industrial de Santa Fe (FISFE) publicó su Informe de Actualidad Industrial correspondiente a septiembre de 2025, donde confirma que el nivel de actividad fabril en la provincia registró una leve baja interanual del 0,3 por ciento. A pesar de este retroceso, el acumulado de enero a septiembre muestra un incremento parcial de 3,9 por ciento frente al mismo período del año pasado, lo que indica una recuperación moderada luego de un 2024 marcado por fuertes oscilaciones productivas. Sin embargo, la actividad todavía se mantiene 9,3 por ciento por debajo del nivel alcanzado en 2022, lo que refleja la profundidad del retroceso industrial de los últimos años.
El informe destaca que el 60 por ciento de las ramas industriales analizadas experimentó caídas interanuales en septiembre. Entre los sectores con mayor incidencia negativa aparecen la industria siderúrgica, con un desplome del 45 por ciento; la producción de vehículos automotores, con una baja del 54 por ciento; los productos de metal y servicios de trabajo; y la maquinaria de uso general. La siderurgia, en particular, enfrenta su nivel de producción más bajo en 17 años entre agosto y septiembre, afectada por la paralización de la obra pública nacional y la menor demanda interna.
A pesar de ese contexto, algunas actividades lograron mejorar su desempeño. La maquinaria agropecuaria encabezó el aporte positivo con una suba interanual del 25,9 por ciento, seguida por productos lácteos (10,1 por ciento), carrocerías y remolques (12,9 por ciento) y molienda de oleaginosas (1,3 por ciento). También se verificaron incrementos en muebles y colchones, maquinaria de uso especial y varios segmentos del complejo metalúrgico.
El análisis de FISFE señala además que la actividad se vio condicionada por factores macroeconómicos adversos: altos costos financieros con tasas cercanas al 60 por ciento, mayor volumen de importaciones —que crecieron 21,3 por ciento interanual—, caída de las exportaciones industriales y una demanda interna debilitada. La construcción, otro motor relevante para la industria, continúa en niveles bajos; mientras que la actividad comercial apenas creció 1,1 por ciento en agosto.
Otro indicador que refuerza el panorama desfavorable es la demanda de energía eléctrica de grandes usuarios industriales, que tuvo en septiembre una caída interanual del 20,9 por ciento, consistente con la disminución de la actividad fabril. A esto se suma el retroceso del empleo industrial a nivel nacional, que en agosto mostró 15.500 trabajadores registrados menos que un año atrás, acumulando 18 meses consecutivos de caída.
En este escenario, el informe de FISFE concluye que la industria santafesina enfrenta un año de contrastes, con sectores dinámicos capaces de compensar parcialmente el retroceso de ramas estratégicas, pero sin lograr aún recuperar los niveles previos al ciclo recesivo iniciado en 2023. La expectativa del sector privado se centra en la evolución de la demanda interna, la estabilidad macroeconómica y las condiciones de financiamiento para consolidar un sendero de crecimiento en los próximos meses.

