Si llego a presidente, no voy a perder ni un minuto en perseguir a nadie del gobierno anterior", aseguran que dice Alberto Fernández para buscar apaciguar el temor que despierta en un sector importante de la población el posible triunfo de la fórmula K, en la que fue ungido como candidato a presidente por Cristina Kirchner, secundado por la ex mandataria.
En su entorno sostienen que no quiere que "nadie padezca lo que se está viviendo ahora con la Justicia". Se refieren a lo que el kirchnerismo viene sosteniendo desde la llegada de Mauricio Macri al poder: que las causas judiciales por corrupción contra su jefa y otros ex funcionarios K son parte de "una persecución política". Fernández coincide con esta visión y está convencido que la ex mandataria "está injustamente perseguida".
Sin embargo, destaca su fortaleza personal para enfrentar esa "persecución", y comentan que más de uno lo escuchó admitir que él "no hubiera soportado tanto".
Quienes lo tratan, cuentan que está ofuscado por las críticas que recibió por su frase en una entrevista con los periodistas María O'Donnell y Ernesto Tenembaum, en la que dijo que había que "revisar" varias sentencias y que los jueces iban a tener que que "explicar las barrabasadas que escribieron para cumplir con el poder de turno".
Fue justo antes de que se anunciara su candidatura, y si bien luego lo ratificó, se queja de que su frase fue en réplica a una aseveración de la periodista y repite que "cada poder responde por sus actos de gobierno; el de los jueces son sus sentencias". Sin embargo aclara que serán los organismos e instancias correspondientes los que deberán hacerlo, no el Poder Ejecutivo.
En su entorno aseguran que sus críticas al Poder Judicial no se refirieron a toda la Justicia, sino básicamente a la Justicia Federal, la de Comodoro Py. En su diagnóstico, "la Justicia está constituida como un apéndice del poder de turno", suele decir. Sabe de qué habla después haber estado en la Casa Rosada cuatro años y medio, un período en el que la Justicia se doblegó y no avanzó contra ningún funcionario en el poder durante el kirchnerismo.
Al año de llegar al Gobierno, Néstor Kirchner designó a tres de los jueces federales que están en Comodoro Py: Julián Ercolini, Ariel Lijo y Daniel Rafecas. El cuarto, Guillermo Montenegro, se pasó luego a la política y milita hoy en las filas de Cambiemos. El quinto, Eduardo Freiler, asumió como camarista federal también en 2004, y fue destituido en 2017 por el Consejo de la Magistratura, mediante una muy polémica mayoría circunstancial que consiguió el actual oficialismo por unas horas. "Hubiera sido un escándalo si hacían lo hicieron con Freiler en el kirchnerismo, y en este Gobierno pasó como si nada", se queja, según cuenta un allegado que habló con él de este tema.
Sin embargo, Fernández es hijo de un juez y nunca dejó de tener trato con varios de los que ocupan despachos en los Tribunales Federales de Retiro. Por eso no cree que "todos los magistrados sean iguales". Como abogado y docente de Derecho en la Universidad de Buenos Aires desde 1992- suele repetir que "hay jueces de todas las calidades".
El Consejo de la Magistratura en la mira
El ex jefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner (suele aclarar que estuvo solo seis meses con la ex presidenta hasta dar un portazo por el conflicto con el campo a mediados de 2008) está convencido que el eje del problema y la solución para la Justicia está en el Consejo de la Magistratura, el organismo encargado de nombrar y destituir jueces.
Quienes lo frecuentan en el espacio político que él gestó -bautizado Grupo Callao- mencionan que suele citar un estudio de la Universidad de José C. Paz, según el cual en el 70% de los concursos en el Consejo de la Magistratura, el orden de mérito luego del examen escrito, se ve alterado por la entrevista personal con el candidato.
Este grado de "discrecionalidad" en la conformación del listado de candidatos a magistrados es clave para Fernández, y cree debería ser revisado. A favor de Macri reconoce que "no es de este gobierno, sino de siempre".
Sí a la actual Constitución, no al indulto
Quienes hablan con él estos días dan por descartado que tenga en mente una reforma de la Constitución. "Néstor pudo hacer todo lo que hizo con la Constitución que tenemos", es una de las frases que suele repetir cuando le preguntan por una posible discusión del texto aprobado en 1994.
Respecto del indulto –meneado por varios kirchneristas de paladar negro como una de las primera medidas a tomar si gana las fórmula Fernández-Fernández-, aseveran que su oposición a esta atribución presidencial sobre los condenados por la Justicia nunca cambió. "Es un resabio de la monarquía. El presidente no da perdones a nadie", afirman quienes lo escucharon expresarse sobre el tema.
Fuente: MSN