El Banco de Alimentos de Santa Fe rescató 30 toneladas de alimentos en lo que va de 2019. La asociación se dedicada al rescate, de manera trazable y segura, de alimentos aptos para el consumo pero que por distintos motivos no pueden ser comercializados, con el fin de facilitarlos a ONGs, comedores, y asociaciones encargadas de brindar alimentos a personas de bajos recursos económicos. Además promueve la alimentación saludable en la población y fomentar el consumo responsable.
Irene Achenbach, voluntaria, rescató la labor de esta entidad social en diálogo con Veo Noticias. "El trabajo es de voluntariado, trabajamos en el ex Liceo Municipal por un comodato de 20 años que el gobierno de la provincia nos entregó. Queremos ampliar ese espacio y estamos haciendo las gestiones, eso es una muy buena noticia. Los voluntarios son variados, adultos mayores y también jóvenes", explicó.
Para funcionar el Banco necesita la cooperación de supermercados y empresas alimenticias de la zona, que posean productos que sean aptos para el consumo pero que no pueden ser comercializados por diversas razones: partidas defectuosas, errores de packaging, cercanía del vencimiento, entre otras causas que actualmente se destinan a desecho.
Se encarga de almacenar, clasificar y coordinar la distribución de los alimentos donados entre diversas entidades de ayuda comunitaria debidamente acreditadas: comedores, centros comunitarios y de apoyo escolar, hogares de niños y de ancianos, entre otros.