La conversación ocurrió ayer, Michetti desde su despacho en el Congreso, Fernández de Kirchner en el Instituto Patria. Al principio fue formal, tenso: habían pasado cuatro años de recelos mutuos, y una sucesión infinita de zancadillas políticas ocurridas en bambalinas. La vicepresidente siempre cuestionó la ética personal de su sucesora en el cargo, y la líder peronista nunca perdió oportunidad de descalificar su forma de ejercer la política y ocupar los espacios de poder.
Cuando la charla se distendió, cada una habló de sus cosas cotidianas, y al rato regresaron a la agenda oficial. Fernández de Kirchner anunció que los senadores nacionales Virginia García y Marcelo Fuentes serían sus representantes en la transición. García y Fuentes trabajan a la par de CFK y conocen al máximo la engorrosa maquinaria de la Cámara alta. Ambos legisladores se encontrarán con Michetti en los próximos días.
Casi al finalizar la conversación telefónica, la ex jefa de Estado le ratificó a Michetti que viajará por nueve días a Cuba para visitar a su hija Florencia, y que por eso la primera reunión de la transición debía formalizarse a mediados de noviembre. La vicepresidente estuvo de acuerdo, se saludaron distendidas, y la charla terminó.
Michetti ya ordenó a sus colaboradores que preparen toda la información de la Cámara alta. Tiene intenciones de entregar a su sucesora un dossier con todos los datos administrativos, económicos y financieros del Senado, y asimismo contestar los requerimientos que hagan los senadores García y Fuentes. En este sentido, Michetti se encontrará con los representantes de CFK y tras ese cónclave avanzara con el informe que preparará especialmente para la futura vicepresidente de la Nación.
Será la primera vez que Michetti y Fernández de Kirchner se encuentren a solas para hablar del poder, la política y la transición. Un encuentro inédito entre dos dirigentes que enfrentan futuros diferentes. Una apuesta institucional que se coronará –té por medio– en la segunda semana de noviembre.
Fuente: Infobae