El submarino San Juan implosionó a las 10.55 del 15 de noviembre de 2017, luego que -probablemente- una explosión en uno de sus bancos de baterías dejara a la tripulación incapacitada para poder maniobrar la nave para llevarla a la superficie.
El San Juan sin control se precipitó las profundidades marinas. Al alcanzar una profundidad de aproximadamente 700 metros, su resistencia estructural colapsó por acción de la presión hidrostática que envolvía al submarino y que equivalió a unas 70 veces la presión atmosférica. Su desceso terminó al impactar con su proa en el lecho marino a 907 metros de profundidad.
Muchas hipótesis han sido descartadas a partir del hallazgo de los restos de la embarcación. Otras siguen ocultas tras un manto tan oscuro como el lecho marino en el que yacen el submarino y sus 44 tripulantes. Sin la posibilidad de peritar la nave, sin sobrevivientes que puedan brindar testimonio, sin saber en definitiva qué sucedió a bordo antes del momento final, cada vez son más las opiniones que abonan la teoría que sostiene que solamente una parte de la verdad saldrá a la superficie. El resto será un secreto que el San Juan guardará en sus entrañas para siempre.
En Santa Fe se realizará un homenaje a los tripulantes a las 16hs en el Dique II del Puerto donde está emplazada la réplica del submarino que realizaron los alumnos de la Escuela Avellaneda.
Fuente: Infobae/Veo Noticias