Una mujer de 37 años fue hallada asesinada de un hachazo en la cabeza y enterrada en un predio rural de la localidad de Ascensión, en el partido bonaerense de General Arenales, y su concubino, un hombre de 49, quedó detenido por el brutal femicidio.
La víctima fue identificada como Lorena Quilográn y el detenido, quien según medios locales le confesó el crimen a la Policía, resultó ser Horacio Báez, el cuidador de una estancia de la zona.
El cuerpo de la mujer fue hallado bajo un montículo de maderas en el interior de una propiedad rural de la zona conocida como Cuartel IV, de esa localidad de unos ocho mil habitantes situada al noroeste del territorio bonaerense.
El cadáver presentaba signos de que recibió un contundente golpe de hacha en el cráneo y otras lesiones cortantes en el rostro, informaron fuentes policiales y medios locales.
La desaparición de Quilográn había sido denunciada el martes pasado por el propio Báez, ante efectivos de la Policía Rural.
Según trascendió, Báez habría confesado el femicidio y también marcado el lugar en el que había escondido el cuerpo de su mujer.
El caso fue caratulado como "homicidio agravado", con intervención del fiscal de instrucción Sergio Terrón, que depende del Departamento Judicial de Junín.
Según se supo, en el seno de la pareja, que tenía dos hijos varones de 3 y 12 años, no existían denuncias por violencia de género.
El crimen y la confesión de Báez asombró a la familia de la víctima, sobre todo porque el hombre se había mostrado por la ausencia de la pareja.
"Cómo pudiste hacerle eso a mi hermana. Cómo pudiste llamar anoche a mi mamá diciendo que estabas destrozado por Lore, cuando ya la habías asesinado. Ella dejó todo por vos y así valoraste lo que hizo", escribió en redes sociales una hermana de Lorena, Micaela.
No obstante, se supo que la relación entre la víctima y Báez e había resquebrajado en las últimas semanas a partir de los celos que exhibía el hombre.
En ese contexto, la mujer le habría manifestado a los familiares su intención de regresar a la localidad de Allen, en Río Negro, de donde era oriunda.
"Lorena le había avisado a mi mujer que cuando se levantara todo esto de la cuarentena, se volvía a Allen. Hacía un mes que la relación se había terminado con su pareja, pero él era extremadamente celoso. No la dejó volver y la mató", relató al portal AN Allen el cuñado de Lorena, Jonathan Sepúlveda.
Las sospechas apuntan a que el hombre planificó el crimen, ya que habría enviado al hijo mayor de la pareja, de 12 años, a la casa de un familiar y al más pequeño, de 3, a caminar junto a un medio hermano, fruto de una relación anterior para cometer el asesinato, en un lapso de alrededor de media hora de la tarde del martes.
Fuente: NA