El Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central de Brasil ha decidido de manera unánime este miércoles volver a recortar los tipos de interés, medidos por la 'tasa Selic' en 75 puntos básicos, para dejarlos en el mínimo técnico del 2,25%.
De este modo, no ha habido sorpresas sobre la nueva decisión del instituto emisor, después de que, el pasado 6 de mayo, realizara otro recorte de 75 puntos básicos para dejar los tipos de interés en el 3%.
La entidad ha enmarcado esta decisión en la pandemia de covid-19 y la desaceleración pronunciada que está ha producido en el crecimiento global. "En este contexto, a pesar de la provisión significativa de estímulos fiscales y monetarios por las principales economías y de alguna moderación en la volatilidad de los activos financieros, el ambiente para las economías emergentes sigue siendo desafiante", apunta.
Así, el comité entiende que, en este momento, la situación económica continúa necesitando un estímulo monetario "extraordinariamente alto", pero reconoce que el espacio restante para el uso de la política monetario se estrecha.
El Copom considera que la trayectoria fiscal a lo largo del próximo año, así como la percepción sobre su sostenibilidad, serán decisivas para determinar la duración de los estímulos.
El banco central cree que la magnitud del estímulo monetario ya implementado parece compatible con los impactos económicos de la pandemia de covid-19 y también ha indicado que, para las próximas reuniones, el comité considerará de nuevo los impactos de la pandemia y del conjunto de las medidas de impulso al crédito y de recomposición de las rentas, y anticipa que cualquier ajuste futuro en el grado actual de estímulo monetario será "residual".
Desde la consultora Oxford Economics muestran su sorpresa ante el tono 'duro' (o hawkish) mostrado por el comunicado y el limitado margen que el Copom ve para llevar más allá su política monetaria. Sin embargo, anticipa un nuevo recorte del 'precio del dinero' en agosto, de otros 75 puntos básicos (al 1,5%).
Fuente: El Economista