Este miércoles se cumplieron doce años de la mayor tragedia urbana en la historia de Rosario: la explosión en el edificio de Salta 2141, ocurrida a las 9.38 del 6 de agosto de 2013. Una fuga de gas —que había sido denunciada por los vecinos días antes— provocó un estallido que derrumbó parte del complejo ubicado entre las calles Oroño y Balcarce. El impacto fue devastador: 22 personas murieron, 62 resultaron heridas y los daños alcanzaron a edificaciones linderas. A pesar de los reclamos previos a la empresa Litoral Gas, el problema no fue resuelto a tiempo.
La tragedia comenzó a gestarse esa misma mañana, cuando el gasista Osvaldo García y su ayudante Pablo Miño acudieron al lugar para hacer reparaciones. Según testigos, ambos abandonaron el edificio poco antes de la explosión al advertir la gravedad de la situación. Durante cinco días, rescatistas trabajaron entre los escombros hasta recuperar los cuerpos de las víctimas. Seis años más tarde, en 2019, la Justicia dictó condena solo para García —cuatro años de prisión domiciliaria— mientras que los otros diez imputados fueron absueltos.
El recuerdo de quienes murieron en Salta 2141 permanece intacto en la memoria colectiva de Rosario. Todos los años, familiares, vecinos y sobrevivientes realizan homenajes y reavivan el pedido de justicia. Las víctimas —cuyos nombres siguen presentes en placas, murales y actos conmemorativos— son recordadas no solo por el dolor que dejó su pérdida, sino también por una causa judicial que, para muchos, sigue inconclusa.
