El mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, zika, fiebre amarilla y chikungunya, puede encontrar condiciones favorables para reproducirse durante todo el año en patios y jardines urbanos, incluso en regiones de clima templado. Así lo advirtieron investigadores del Conicet y de universidades públicas de la Argentina, tras un estudio que identificó una elevada presencia de criaderos en recipientes plásticos pequeños ubicados bajo la sombra de plantas.
La investigación, publicada en la revista científica Parasites & Vectors, analizó más de 200 viviendas urbanas y permitió comprobar que la combinación de sombra vegetal, recipientes artificiales con agua y condiciones climáticas adecuadas favorece la persistencia del mosquito, aun fuera de los períodos de calor extremo.
El trabajo fue desarrollado por especialistas de la Universidad Nacional de Córdoba, el Conicet y la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, con colaboración internacional. Durante dos temporadas cálidas consecutivas, los investigadores inspeccionaron patios y jardines y registraron un total de 689 recipientes con agua.

Los resultados fueron contundentes: en el 36,7 % de las viviendas se detectaron larvas o pupas de Aedes aegypti, una cifra que supera los umbrales de riesgo establecidos por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El dato central del estudio indica que los recipientes ubicados bajo sombra vegetal tienen 2,5 veces más probabilidades de albergar mosquitos que aquellos expuestos al sol o a sombra artificial.
Entre los principales criaderos identificados se encuentran envases plásticos, frascos, macetas y lonas. En particular, los floreros y las cubiertas plásticas resultaron ser los recipientes más productivos, ya que concentraron la mayor cantidad promedio de larvas y pupas.
Los científicos señalaron que el avance del dengue en las últimas décadas no responde a una única causa, sino a la interacción entre el cambio climático, la urbanización y los hábitos cotidianos. En América Latina, durante 2024 se reportaron más de 12,6 millones de casos, lo que marcó un incremento sin precedentes en la región.
Ante este escenario, los especialistas subrayaron la importancia de la vigilancia entomológica y de la eliminación sistemática de criaderos domiciliarios. Recomendaron revisar con frecuencia patios y jardines, eliminar recipientes plásticos innecesarios, controlar macetas y lonas, y prestar especial atención a aquellos objetos que permanecen bajo plantas y zonas sombreadas.
La prevención, advirtieron, requiere una acción sostenida y conjunta entre la comunidad, las instituciones científicas y los organismos de salud para frenar la expansión del mosquito y reducir el riesgo de nuevos brotes de dengue.


