Sin dejar de abordar ninguno de los temas propuestos, la entrevista se da a pocas horas de producirse el recambio de la totalidad de los altos mandos militares. Y los oficiales salientes lo hacen gozando de un profundo reconocimiento por parte del actual ministro.
-Si en algo están de acuerdo la dirigencia política y la sociedad en su conjunto, es en lo que no se quiere que los militares vuelvan a hacer. Pero no parece haber tal acuerdo a la hora de definir qué es lo que se quiere que los militares hagan concretamente. ¿Podría explicarlo?
-Durante muchos años, y por las causas que todos sabemos, se ocupó mucho tiempo en la Argentina debatiendo la cuestión militar, siendo en mi opinión esta cuestión la que se relaciona con la situación de los militares respecto a la democracia y los derechos humanos. Esto arrinconó la posibilidad de poder debatir acerca del rol de las Fuerzas Armadas y qué política de defensa queremos. Ahora estamos frente a una oportunidad para hacerlo: mi idea es sentar las bases a partir de consensos necesarios para poder fijar el rumbo de la defensa.
“Si mañana tenemos la posibilidad de tener un escuadrón supersónico para la Fuerzas Armadas, ello no significa que ampliemos nuestro poderío bélico, pero sí significa que podremos tener pilotos entrenados en este tipo de tecnología y en forma concurrente esto nos permitirá tener un fuerte anclaje en lo que significa el fomento de la industria para la defensa, lo que a todas luces tiene un valor agregado muy importante ya que es una industria estratégica y genera puestos de trabajo fortaleciendo la cadena de proveedores".
Con realismo, Rossi destacó. “No vamos a tener Fuerzas Armadas reconocidas por su volumen, no no podemos comparar con Brasil ni con Colombia, pero sí tenemos que ser reconocidos por lo mejor que tenemos, que es el recurso humano con su nivel de preparación y de desarrollo científico y tecnológico, realmente muy alto”.
-Una de las primeras medidas que usted adoptó al asumir fue derogar las estructuras orgánicas que la gestión saliente había aprobado unos días antes de dejar el poder
-Yo no me ato a una única estructura, pero me siento más cómodo con la estructura que volví a poner en funciones, me gusta la idea de tener un subjefe de fuerza que maneje todo lo técnico y un comandante de alistamiento que tenga “los fierros” a su cargo. La estructura que aprobó el anterior gobierno terminaba dándole más poder al los subjefes que a los propios jefes de Estado Mayor. No creo que la figura del jefe de Estado Mayor sea inadecuada, por el contrario tiene la posibilidad de conducir con muchísima mayor transparencia ambas partes de la estructura sin tener que recorrer caminos sinuosos. Me pareció muy poco gentil que me cambien la estructura de las Fuerzas Armadas a cuatro días del momento en que yo debía asumir.
Fuente: Infobae