Armin Laschet, el conservador de 60 años favorito para reemplazar a Angela Merkel después de las elecciones legislativas del 26 de septiembre, se encuentra en el centro de las críticas por su gestión de las inundaciones que causaron al menos 177 muertes en el oeste de Alemania.
En una encuesta realizada esta semana por el Instituto Civey para la revista Der Spiegel, solo 26% de los aproximadamente 5.000 encuestados considera que es un buen gestor en caso de catástrofe.
"En general, se muestra de lo que se es capaz durante las crisis", afirma Hans Vorlander, profesor de Ciencias Políticas de la universidad Técnica de Dresde, citando como ejemplo a Gerhard Schröder, el excanciller socialdemócrata, que en gran medida debió su reelección a su gestión rápida y eficaz durante las crecidas del Elba en 2002; o a Merkel, cuyos 16 años de reinado estuvieron marcados por repetidas crisis.
En este terreno, Armin Laschet, que tomó las riendas del partido CDU en enero, siempre "careció de determinación", afirma el politólogo.
Después de las inundaciones de los días 14 y 15 de julio, que afectaron duramente a la región de Renania del Norte Westfalia que dirige, el jefe de los conservadores "tardó mucho tiempo en encontrar el tono adecuado", y luego hubo "este desastre de comunicación", recuerda Vorlander.
Se trata de una referencia a las imágenes –que se hicieron virales en las redes sociales– de Laschet riendo mientras que, en primer plano, el jefe de Estado Frank Walter Steinmeier rinde homenaje el fin de semana pasado a las víctimas de las devastadoras inundaciones.
"Si Laschet quiere ser canciller, debe ser capaz de manejar las crisis", afirma el diario Tagesspiegel, juzgando que este comportamiento daba motivos para dudar de su capacidad para ocupar el puesto supremo.
"Esto no le habría pasado a Merkel", la reina de la sangre fría, agrega el periódico berlinés.
Sobria y empática según los observadores, la canciller mantuvo una buena conducta en el terreno de las inundaciones. Armin Laschet se disculpó rápidamente.
El incidente parece relativamente neutral en las encuestas de intención de voto, donde los partidos de derecha, la CDU y su aliado bávaro CSU, recogen entre 28% y 29%, superando a los Verdes –su principal adversario– en 10 puntos porcentuales.
El líder, a menudo subestimado pero que demostró repetidamente su capacidad de recuperación, ahora tendrá que ser más ambicioso en la lucha contra el calentamiento global, considerado en parte responsable de las inundaciones devastadoras, estiman los expertos.
"Las inundaciones demostraron la urgencia de otra política climática", afirma Tagesspiegel, un terreno ocupado casi exclusivamente por los Verdes hasta ahora.
"Ahora debe fijar objetivos claros que vayan más allá del programa electoral de los conservadores", destaca Vorländer, que asumieron el objetivo de una neutralidad en carbono en 2045.
El antiguo rival de Armin Laschet en la candidatura para la cancillería, el bávaro Markus Soder, acentuó la presión, prometiendo acelerar el ritmo en su región.
Baviera aspira ahora a la neutralidad del carbono a partir de 2040 y propone adelantar 8 años, a 2030, la salida del carbón. Un verdadero rompecabezas para Laschet, cuyo estado federado está dominado por las industrias pesadas, en particular el carbón y el acero.
Solo 26% de los alemanes consideran a Armin Laschet capaz de llevar a cabo una política climática eficaz, según una encuesta Civey del miércoles, mientras que su competidor socialdemócrata Olaf Scholz recoge 35% y su rival ecologista Annalena Baerbock 56%.
Fuente: AFP