En las primeras horas del lunes 1 de enero de 2024, se registró un sismo de 7,6 grados que sacudió la zona de Noto, ubicada en la prefectura de Ishikawa, Japón. Simultáneamente, la agencia meteorológica japonesa informó de una secuencia de 21 temblores con una magnitud de 4,0 en la región central del país, todo esto ocurrió en tan solo 90 minutos.
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El jefe del Gabinete, Yashimasa Hayashi, confirmó el trágico fallecimiento de seis personas a causa del colapso de viviendas en Wajima. Además, informó sobre personas heridas y otras atrapadas bajo los escombros de sus hogares debido a los derrumbes.
Las autoridades implementaron un plan para evacuar a los residentes que habitan en áreas cercanas a la costa de Noto. Más de 33 mil hogares en las cercanías del epicentro han quedado sin suministro eléctrico.
El incidente provocó olas de tsunami que superaron el metro de altura, sacudiendo el centro del país. Estos tsunamis siguieron a una serie de terremotos intensos que causaron daños en viviendas, cerraron carreteras y llevaron a las autoridades a recomendar a la población dirigirse a zonas elevadas como medida de precaución.
En Japón perdura el recuerdo del terremoto de magnitud 9,0 seguido por un devastador tsunami en 2011, que resultó en 20.000 víctimas entre muertos y desaparecidos.
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