Los dueños de una de las franquicias de las heladerías Cremolatti en la ciudad de Córdoba usaron el Ingreso Familiar Extraordinario (IFE), dispuesto por el gobierno de Alberto Fernández para mitigar las dificultades de los sectores más vulnerables, para "pagar" por medio de ese instrumento parte del salario de sus empleados.
Según consignó ADN las franquicias a nombre de Germán Rocca en la ciudad de Córdoba incurrieron en esta maniobra. De acuerdo a lo denunciado por empleados de la empresa que se encuentran en negro, ante el cierre por la cuarentena los responsables de la sucursal comenzaron a exigirles que se inscribieran para acceder al bono de emergencia de 10 mil pesos. De esa manera, a aquellos empleados que accedían a la ayuda estatal se les descontaba exactamente del sueldo 10 mil pesos. Es decir cubrían con la ayuda estatal parte de sus obligaciones.
Al IFE sólo pueden acceder trabajadores informales, desempleados o monotributistas de las categorías más bajas. En este caso, los dueños se aprovechaban de no tener inscriptos correctamente a sus empleados para hacer que el Estado cubriera parte de sus sueldos. Según los empleados, la mitad de los trabajadores de la sucursal no estaban inscriptos debidamente.
Otro dato del IFE es igual de importante. Es un beneficio que puede ser cobrado únicamente por un solo miembro del grupo familiar, de manera que si uno de los empleados cobrase el bono que harían valer por su sueldo, otro miembro de su núcleo familiar en necesidad no podría hacerlo.
En las capturas de pantalla del grupo de trabajo de la sucursal a las que accedió ADN se ve que uno de los socios explica a sus empleados cómo se pagarán sus sueldos. Como suele suceder, las empresas no figuran a nombre de sus dueños de hecho. En este caso, la apoderada legal de la sucursal es María Luz Gómez, pareja de Emmanuel Rossi, socio de Rocca.
La pruebas de la estafa: