La Argentina tiene más de tres personas que investigan cada mil habitantes económicamente activos, la proporción más alta de América Latina, y son actores clave para dar respuestas a problemáticas como pandemias o crisis climática, aunque especialistas señalan que "la definición sobre qué ciencia queremos se tendría que elaborar en conjunto con toda la sociedad".
"La cantidad de investigadores que tenemos en el país tiene que ver con una trayectoria y con una historia muy importante de la ciencia argentina, fundamentalmente en el área médica, que se extiende hasta estos días", indicó a Télam el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, en la víspera del Día del Investigador Científico, que se celebra cada 10 de abril.
Según un relevamiento realizado por su cartera, en 2020 había en el país unas 90.397 personas dedicadas a la investigación (incluyendo becarios/as), de las cuales 21.850 eran del Conicet y el resto de otras entidades públicas (universidades, Conae, Conea, INTI e INTA, entre otras) y privadas (universidades, organizaciones y empresas).
En ese año, la Argentina tenía 1.992 personas que investigaban cada millón de habitantes, según estimaciones del Ministerio.
Comparación mundial en 2022
"Para hacer la comparación internacional el indicador que se utiliza es investigadores/as expresados en equivalente a jornada completa cada 1.000 integrantes de la población económicamente activa (PEA)", explicaron desde Ciencia y Tecnología, y en esa medición el país arroja 3,18 investigadores cada mil integrantes de la PEA.
Esta cifra ubica a la Argentina por encima de países de América Latina como Brasil (con 1,68 investigadores/as cada mil integrantes de la PEA), Uruguay (1,41) o Chile (1,01), y muy por arriba de otros de la región que no llegan a tener un investigador cada mil personas económicamente activas como México, Paraguay o Colombia.
No obstante, el país está por debajo de España (con 6,25 investigadores/as cada mil integrantes de la PEA), Canadá (8,4), Estados Unidos (9,51), Portugal (9,55) y muy atrás de naciones que superan los 10 investigadores/as cada mil personas económicamente activas como Alemania, Francia o Corea del Sur.
Si se analiza la base de datos actual del Conicet (abril 2022), el organismo cuenta con 23.264 personas que investigan, de las cuales la mitad son becarias o becarios (11.876).
De este universo, el 25% (5.835) se dedica a Ciencias Agrarias, de Ingeniería y de Materiales; el 26% (6.195) a Ciencias Biológicas y de la Salud; el 20% (4.860) a Ciencias Exactas y Naturales; el 24,8% (5.790) a Ciencias Sociales y Humanidades y sólo el 2,5% (584) a Tecnología.
Desde una perspectiva de género, en el organismo hay 53% de investigadoras y 60% de becarias, un porcentaje alto si se compara con Europa y EEUU, donde el promedio de mujeres en Ciencia es del 35% y en Japón sólo el 17%.
Sin embargo, las mujeres son mayoría en los niveles iniciales y van reduciendo su participación a medida que la categoría es superior. En 2019 ellas representaban el 61,3% de los investigadores asistentes, pero sólo son el 24,5% de los investigadores superiores.
"Estoy muy orgulloso de nuestras y nuestros científicos argentinos, de su trabajo, su compromiso y su adaptabilidad. En este día deseo, que como Ministerio y como sociedad, tengamos la capacidad de despertar vocaciones tempranas en ciencia", señaló Filmus por del Día del Investigador Científico que se celebra cada 10 de abril en honor al nacimiento del Bernardo Houssay, el médico, farmacéutico y primer argentino y latinoamericano en ser galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1947.
Fuente: Télam