Sorpresivamente, la jueza María Eugenia Capuchetti decidió este miércoles delegar en manos de la fiscalía la la causa por el atentado a Cristina Kirchner, ocurrida hace casi tres meses. La investigación quedará ahora en manos del fiscal Carlos Rívolo, que ya impulsa el expediente. Pero cae en un momento clave: la querella de la vicepresidenta reclamó en durísimos términos ante la Cámara Federal el apartamiento de la jueza a quien, dicen, ya no le confían.
Es más, en la audiencia de este mediodía, el abogado José María Ubeira, representante de CFK, aseguró: “Si le pasa algo a la Vicepresidenta o a sus hijos, la magistrada será responsable”. “Si queremos enderezar el rumbo de este asunto, apartar a Capuchetti podría ser el comienzo”, dijo.
“Está todo roto”, dijo una fuente de la investigación. “¿Y así cómo se puede avanzar?”, añadió. Lo cierto es que la estrategia de la jueza fue delegar la investigación al fiscal Rívolo, justo cuando la querella presentaba sus fundamentos en la Cámara y pedía allí las “medidas urgentes” de prueba que ya se habían ventilado por redes sociales.
Es que el anuncio de la recusación había llegado vía Twitter por la propia Cristina Kirchner el 10 de noviembre y se formalizó la semana pasada a través de un escrito, que la magistrada rechazó. Allí Capuchetti defendió cómo llevó adelante las diligencias y las distintas medidas de prueba. Y dijo que su imparcialidad estaba intacta.
Pero la relación entre la querella de CFK y la jueza se rompió el día en que la magistrada rechazó el pedido de secuestrar los teléfonos de las asesoras del diputado Gerardo Milman, que habían estado con él en el bar Casablanca dos días antes del atentado. Un asesor legislativo, llamado Jorge Abello y que nunca fue testigo identidad reservada, aseguró el 23 de septiembre haberlo escuchado decir: “cuando esté muerta yo voy a estar en la costa”.
Y ayer volvió a criticar a la jueza cuando pidió que se amplia la acusación sobre Nicolas Gabriel Carrizo, uno de los tres detenidos del caso junto a Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, cuando informó que en su celular se encontró un mensaje horas después de intento de homicidio de Cristina Kirchner. “Recién intentamos matar a Cristina”, decía Carrizo.
Ante ese panorama y con la decisión pendiente de la Cámara Federal sobre su recusación, Capuchetti entendió que las críticas por parte de la querella iban a continuar como también otros intentos de apartarla de la causa. Así, decidió que la investigación la lleve Rívolo. “Encontrándose la recusación ante ese tribunal, debo hallar un remedio procesal que propenda a la mejor administración de justicia y a la validez de los actos que se tomen, en lo sucesivo, con ese norte”, dijo y le delegó la causa a la Fiscalía.
Pero en su resolución de cinco páginas la jueza también habría respondido parte del planteo que ayer hizo la querella de la vicepresidenta que había pedido que se indague nuevamente a los tres detenidos, que se los acuse del delito de asociación ilícita y que se le tome declaración como testigos a quienes hablaron con Carrizo la noche del atentado, entre otras.
“Debo señalar que la parte querellante reedita esta vez cuestiones que han sido oportunamente zanjadas por la suscripta o que se encuentran pendientes de revisión por el Superior. Aún más, sobre dichas cuestiones no sólo ya he brindado una respuesta jurisdiccional suficiente, sino que ha sido justamente sobre esas respuestas que se ha articulado el planteo recusatorio (de la misma querella), también pendiente de revisión por el tribunal de alzada”, sostuvo. La decisión de avanzar o no con las medidas de que pidió la querella ahora quedarán en manos del fiscal Rívolo.
En su resolución, la jueza agregó que su decisión no implica que Sabag Montiel, Uliarte y Carrizo no pasen a juicio oral en un corto plazo y que se sigan investigando el resto de las hipótesis, tal como marcó la Cámara Federal. “Debo señalar que el temperamento aquí escogido de ningún modo implica desconocer la expresa directiva del Superior de proceder, con la premura que el caso impone, a la elevación de la causa a su etapa plenaria”, dijo Capuchetti.
¿Qué significa que la causa quede a cargo de la Fiscalía? Que será Rivolo quien lleve adeñante las líneas de investigación y las medidas de prueba. Será quien tome la declaración de testigos, quien convoque a peritos o solicite informes. La jueza Capuchetti intervendrá cuando la Fiscalía le pida allanamientos, detenciones e indagatorias.
La Cámara Federal debe resolver dos cuestiones centrales para la causa. Una es la recusación de Capuchetti. La decisión está a cargo del camarista Leopoldo Bruglia y desde hoy tiene dos días hábiles para decidir. Y la segunda, a cargo de los tres jueces de la Sala I de la Cámara, es el pedido de Cristina Kirchner para que se le secuestren y abran los teléfonos celulares a las dos asesoras de Milman.
Fuente: Infobae