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Ataque en Francia al 2700: el agresor está en quirófano y la mujer permanece estable

Bruno Moroni, director del Hospital Cullen, confirmó que el hombre de 38 años ingresó con asistencia respiratoria por una herida en el cuello, mientras la víctima presenta múltiples traumatismos en rostro y antebrazo.

20 de octubre de 2025


El brutal episodio de violencia de género ocurrido esta mañana en Francia al 2700 culminó con los dos protagonistas internados en el Hospital Cullen, presentando cuadros de gravedad dispar. El director de la institución, Dr. Bruno Moroni, brindó el primer parte médico oficial sobre el estado de salud de la mujer atacada por su ex pareja y del propio agresor, quien intentó quitarse la vida tras el hecho.

Según detalló Moroni, el hombre de 38 años es quien reviste la mayor gravedad. “Ingresó con asistencia respiratoria mecánica con una herida cortante en el cuello”, precisó el director. El paciente “llegó a la Guardia donde se realizaron las medidas iniciales y se encuentra en quirófano para la exploración de la herida y la resolución de las lesiones”.

La intervención quirúrgica es de vital importancia para determinar el alcance del daño en la zona del cuello, un área anatómicamente compleja que compromete la vía aérea y vasos sanguíneos principales. El hecho de haber ingresado con asistencia respiratoria subraya la criticidad de su estado.

Por otra parte, la mujer atacada, si bien sufrió una golpiza severa, se encuentra fuera de peligro inmediato. “La mujer ingresó y está estable hemodinámicamente”, confirmó Moroni, indicando que sus signos vitales están compensados.

El parte médico describe lesiones compatibles con una brutal agresión física. El director mencionó “un traumatismo a nivel del ante brazo derecho”, que podría sugerir una lesión de defensa, además de “lesiones contuso-cortantes en rostro y en cuero cabelludo”.

Actualmente, la víctima “se encuentra realizándose estudios complementarios para evaluar las lesiones”. Estos protocolos suelen incluir tomografías y radiografías para descartar fracturas craneales o faciales y evaluar cualquier daño interno que no sea visible en la primera revisación.

Este desenlace médico es el corolario de una situación de acoso y violencia que la familia de la víctima venía denunciando desde hacía años. Tal como relataron el hijo y la madre de la mujer, el agresor contaba con denuncias previas, había estado preso ocho meses y violaba sistemáticamente la orden perimetral, hostigando a la familia mediante llamadas y mensajes, asegurando conocer todos sus movimientos.