Este domingo, a las 18, una mujer que es propietaria de una vivienda ubicada en pasaje público al 8500 del barrio Liceo Norte en la capital santafesina, regresó a su vivienda familiar la que había dejado al cuidado de José Ramón Rodríguez de 41 años, a quien encontró en una de las habitaciones ensangrentado a la víctima, con el interior del inmueble revuelto y el faltante de un automóvil Chevrolet modelo Prisma patente AC 302 NQ gris. Ella denunció el hallazgo a la central de emergencias 911. Minutos después arribaron a la vivienda oficiales y suboficiales de Orden Público y de Cuerpos que preservaron el lugar hasta la llegada de los pesquisas de Homicidios y los peritos, éstos últimos, de la Agencia de Investigación Criminal AIC.
Denunciante
La mujer propietaria de la vivienda y denunciante fue la primera en recibir a los policías de la Subcomisaría 14° (Orden Público) y del Comando Radioeléctrico capitalino (Cuerpos) a los que les expresó que ella estuvo ausente de su vivienda, y decidió que Rodríguez se encargue de cuidarla en su ausencia, desconociendo la ocurrencia del crimen y dijo que faltaba de la vivienda un televisor y el auto Chevrolet modelo Prisma gris.
Testigos e imágenes
Los policías capitalinos y los pesquisas de Homicidios buscaron a testigos de lo ocurrido en la vivienda como también constataron la existencia de cámaras de videovigilancia públicas y privadas que tuvieran imágenes sobre la o las personas que estuvieron en la vivienda además de Rodríguez, que cuidaba el inmueble.
Peritajes criminalísticos
Informaron la novedad sobre la ocurrencia del crimen de Rodríguez a las Jefaturas de la Unidad Regional I La Capital y de la Agencia de Investigación Criminal AIC, ambas de la Policía de Santa Fe, y éstos hicieron lo propio con el fiscal de Homicidios en turno del Ministerio Público de la Acusación, que ordenó la realización de los peritajes criminalísticos de rigor, los que fueron realizados por los agentes del área Científica de la AIC, los que secuestraron pedazos de ladrillos que habrían sido usados por el o los asesinos para terminar con la vida de la víctima. Luego de la realización de los peritajes, el cadáver fue removido y trasladado a la morgue judicial para la realización de la necropsia. También y dentro de la orden fiscal, se buscaron testigos e imágenes de cámaras de videovigilancia, con miras a la identificación de las personas que estuvieron en el inmueble en el momento del crimen, como también el seguimiento del auto robado por cámaras de videovigilancia de la zona.