Bitfarms, la compañía de socios argentinos que opera en Canadá y cotiza en Wall Street (bajo el ticker $BITF y cuya acción sube más de 250% en el año), anunció su más reciente inversión: con un desembolso de US$ 250 millones instalarán la granja de minado de bitcoins más grande del país en Córdoba.
Para llevar a cabo el proyecto, se asociará con el grupo Albanesi, una firma eléctrica privada que la proveerá del suministro de electricidad, ya que estos espacios suelen requerir de mucha energía para desarrollar sus funciones. La granja, de hecho, estaría dentro del predio de Albanesi (“inside gates”).
Gracias a esa alianza, el proyecto no afectará al suministro de energía nacional ni recibirá un subsidio en las tarifas. “Es un contrato de compraventa de energía entre privados, que no involucra ningún tipo de subsidios teniendo en cuenta que la demanda no está conectada a la red, y utiliza capacidad ociosa. Esto se hace en un marco de acuerdo con todas las autoridades competentes”, explicó Damián Polla, Gerente General de Bitfarms para Latinoamérica.
La construcción de la granja ya está en marcha y se estima que podrá comenzar a operar en 2022. El objetivo de este desembarco en el país es producir Bitcoin utilizando energía a 2,2 centavos de dólar por kilovatio hora, reduciendo notablemente el costo por unidad.
La ubicación de la planta, sobre lo cual se especuló mucho, estará ubicada en la provincia de Córdoba (Río Cuarto, precisamente) ya que, allí, la prestadora de energía cuenta con capacidad excedente que le permitirá abastecer de energía suficiente al proyecto. El contrato es de 8 años e implica que los empleados argentinos viajen a capacitarse a Canadá.
Este plan, que comenzó a idearse hace un año y medio, generará “aproximadamente 500 empleos durante la construcción y otros 100 durante la operación del data center”, comentaron desde la empresa. A su vez, se estima que, a partir de sus actividades, se concreten exportaciones de servicios. “Va a tener todo lo bueno de la economía del conocimiento. Este es un proyecto de tecnología, no financiero”, afirmó Polla.
Fuente: El Economista
