Tras varios días de protestas violentas, el presidente de Colombia, Iván Duque, informó que no avanzará con su reforma tributaria, aunque insistió en que es necesario controlar la inestabilidad fiscal de su país.
“Le pido al Congreso que retire la ley propuesta por el Ministerio de Hacienda y procese urgentemente una nueva ley que sea fruto del consenso, a fin de evitar la incertidumbre financiera”, dijo Duque en un video.
“He dialogado durante los últimos días con representantes de los partidos políticos, la sociedad civil, alcaldes y gobernadores, y líderes del sector empresarial, quienes han aportado valiosas ideas para lograr esta financiación, sin afectar a la clase media y a los más vulnerables, y en donde el principio de la propuesta es que los de mayores ingresos contribuyan solidariamente con los más vulnerables”, afirmó el mandatario.
En esa línea, Duque insistió en que es necesario avanzar en la misma: “La reforma no es un capricho, la reforma es una necesidad, retirarla o no, no era la discusión, la verdadera discusión es poder garantizar la continuidad de programas sociales”.
Entre sus principales objetivos, la ley buscaba ampliar la base de recaudación tributaria, evitar que la deuda colombiana genere la pérdida de más puntos en las calificaciones de riesgo internacionales, institucionalizar la renta básica y crear un fondo para la conservación ambiental. Según las autoridades, ese proyecto les permitiría recaudar 23,4 billones de pesos (US$ 6.294 millones), equivalentes a 2% del PIB.
Sin embargo, las medidas fueron ampliamente rechazadas por la sociedad ya que afectaban, principalmente, a la clase media. Esto se reflejaba en el cobro de un impuesto a la renta a las personas que ganasen más de US$ 663 por mes (el salario mínimo es de US$ 234).
El proyecto también impondría el cobro del Impuesto del Valor Agregado (IVA), que en Colombia llega al 19%, a productos de consumo básico como los servicios públicos, servicios funerarios y objetos electrónicos como computadores.
Además, las personas más ricas de Colombia también verían un aumento en sus tasas: quienes tuvieran un patrimonio superior a los US$ 1,35 millones deberían cumplir con otro impuesto (diferente al que pagan de renta) del 1%, y quienes tuvieran un patrimonio de más de US$4 millones pagarían el 2%.
Las protestas, que habían comenzado el pasado miércoles, en varias ciudades del país latinoamericano derivaron en saqueos, destrucción del transporte público y cortes de carreteras. Aunque aún no hay cifras oficiales, grupos de derechos humanos estiman que las muertes ascienden a más de 20. Si bien se espera un descenso en las movilizaciones, algunos actores seguirán presentes en las calles para evitar que la nueva propuesta no sea una versión maquillada de la anterior.
El presidente de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), Bruce Mac Master, indicó que “la decisión de retirar la reforma tributaria es la correcta”. Vía Twitter, agregó: “Con responsabilidad debemos ahora tramitar con celeridad una solución que minimice traumas y nos permita avanzar. Es tiempo de pensar con generosidad y eficacia”.
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana (Amcha), indicó que “retirado el texto de la reforma tributaria urge que el Congreso asuma este tema con prioridad y evitar la incertidumbre financiera”. A su vez, agregó: “El nuevo texto debe buscar el bien de los colombianos, sanear las finanzas públicas sin populismo y el apoyo para los más vulnerables”.
Fuente: El Economista