Después del empate que animaron en el Mario Alberto Kempes, Colón y Talleres volvieron a verse las caras para dirimir los boletos a los cuartos de final de la Copa Libertadores. La intensidad del duelo generó que los protagonistas apostaran por los hombres de mayor jerarquía. Y Federico Girotti y Ramón Wanchope Ábila fueron los encargados de generar el peligro en las áreas a través de la vía aérea.
A la media hora el elenco cordobés tuvo la más clara para abrir el marcador. A través de Matías Esquivel y Alan Franco, el combinado liderado por Pedro Caixinha desarticuló a la última línea local y amenazó con dar el primer golpe. Sin embargo, la heroica tarea de Eric Meza evitó la conquista visitante y la paridad se mantuvo en el Brigadier General Estanislao López.
Tras un primer tiempo sin demasiadas emociones, el primer grito llegó cuando se reanudó el cotejo. Un desborde punzante de Matias Godoy le permitió a Girotti festejar el 1 a 0 ante los desesperados intentos en vano de Paolo Goltz e Ignacio Chicco. En el Cementerio de los Elefantes la celebración se imponía al ritmo lusitano y despertaba una melodía que podía empezar a destruir el imperio del Emperador.
El golpe le dejó la mandíbula floja al Sabalero. Sólo por la notable producción de su arquero, el conjunto de Julio César Falcioni se mantuvo con vida en su compromiso. El sacrificio de Chicco fue clave para desactivar los remates de Girotti que tenían destino de gol. Colón se mantenía en pie gracias a su mejor hombre.
Sin embargo, en el final Ángelo Martino capitalizó un contragolpe perfecto para ponerle cifras definitivas al duelo. Con el 2 a 0, la T confirmó su gran presente y se clasificó en la instancia de los 8 mejores del continente. Mientras algunos estarán a puro festejo con fernet y cuarteto, otros analizarán el posible fin de ciclo de un proceso que nunca pudo tener el nivel que había dejado Eduardo Domínguez. La próxima escala de Talleres será en Núñez o Liniers.