Colón es, sin duda, uno de los equipos más temibles de la Primera Nacional. El peso propio de su nombre, la jerarquía de su plantel profesional y el presupuesto que tiene para afrontar el campeonato son algunos de los fundamentos que lo demuestran. Sin embargo, los buenos resultados que obtiene en Santa Fe le cuesta reflejarlo cada vez que sale de su lugar en el mundo. Y en su visita a Puerto Madryn lo dejó otra vez en claro.
La igualdad sin goles ante Deportivo pinta de cuerpo el flojo rendimiento colectivo y las complicaciones para romper con el cero, algo que se viene repitiendo en las últimas jornadas. Antes de su excursión al Abel Sastre, el Sabalero venía de caer 0-1 con Defensores de Belgrano y 0-2 con San Telmo, los otros dos animadores de la Zona B. Sí, para hallar el último gol como visitante hay que remontarse al 4-0 a Brown de Adrogué, a fines de abril.
Iván Delfino dejó atrás el mix que paró en la derrota frente a Talleres por la Copa Argentina, metió un mediocampo con Prediger y Vega (lo hizo por primera vez en el torneo) y buscando adelantar a Nicolás Talpone. Sin embargo, más allá de los intentos, Colón se sintió incómodo, no pudo entrarle a un Aurinegro que evolucionó muchísimo con el Tano Gracián en el banco de suplentes y, como si fuera poco, la punta quedó en riesgo ya que el Candombero (se suspendió su duelo) está a dos puntos.
Fuente: Olé