Pese a la vuelta a la presencialidad plena en las escuelas y al respiro que da la pandemia de covid, la realidad de los transportistas escolares continúa siendo delicada debido a los aumentos en el combustible y en los insumos para mantener las unidades. Dos de los trabajadores, Daniel Correa y Mariano Díaz, charlaron con Veo y dieron un panorama de la situación.
Correa manifestó que "venimos de varios años golpeados, desde el momento de la pandemia venimos con varios golpes al servicio del transporte escolar. Este año también empezamos con problemas por el aumento del combustible, que nos termina de golpear. Es un momento difícil porque no podemos terminar de acomodarnos".
"Estimamos un 40% de aumento, pero ya aumentó el combustible, también el mantenimiento de las unidades, las cubiertas que aumentaron, un montón de cosas que nos perjudican y no queremos volcárselo a los padres, queremos cumplir y trabajar con ellos", indicó.
"Tenemos presencialidad plena, pero no todos los chicos van el los vehículos", agregó.
Mientras que Díaz aseguró que "el inicio del año fue accidentado debido a los paros, que repercute en la actividad. En Santo Tomé luego de estos dos años hemos tenido bajas, los transportistas se dedicaron a otras actividades; el transporte escolar tiene poca capacidad de adaptación porque nosotros llevamos chicos, entonces de un día para otro tratar de buscar otra actividad para llevar la comida a nuestras familias fue complicado".
"El transporte escolar en Santo Tomé es algo tradicional, los papás y mamás recurren siempre al mismo transportista; somos parte de la familia porque llevamos a sus hijos. Nos vuelven a elegir pero con todas estas dificultades, esperamos encontrar una luz al final del camino ya que la pandemia se ha llevado puestos a muchos transportistas", finalizó.