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Conociendo Rusia sale de gira europea tras "sacarse la espina" con el Gardel

El líder de la banda, Mateo Sujatovich, habló de la alegría de levantar la estatuilla por mejor álbum de rock. Y sumó otro Movistar Arena en diciembre

29 de agosto de 2022


Conociendo Rusia, el proyecto que funciona como un alter ego para las canciones de Mateo Sujatovich, cosechó sus primeras estatuillas en los Premios Gardel con “La dirección”, distinguido como el mejor álbum artista de rock y por su portada. “Es muy loco y muy fuerte recibir este premio. Estoy muy contento porque me había quedado con la espina de no haber recibido ninguno con «Cabildo y Juramento» que había tenido siete nominaciones. Siento que me saqué una pequeña espinita con este Gardel”, resumió el músico, en diálogo con Télam, en un año importante de su carrera, ya que acaba de anunciar una segunda función en el Movistar Arena para el 16 de diciembre, que se suma a la fecha del 5 de noviembre.

  Para el “Ruso”, además, tuvo un condimento especial haber competido frente a Andrés Calamaro (“Dios los cria”), Fito Páez (“Los años salvajes”) y el fallecido Palo Pandolfo (“Siervo”): “Estuvo buenísimo haber compartido esta categoría con estos ’mostros’ del rock argentino y que me hayan distinguido a mí”, señaló.

Como si fuera poco, la familia Sujatovich festejó por partida doble, ya que su hermana Luna se llevó otras dos estatuillas de la mano de “Desafío guerrero”, su disco debut, con el que se impuso como “mejor álbum canción de autor” y “mejor álbum instrumental-fusión-world music”: “Con Luna nos matamos a besos y abrazos. No lo podemos creer”, festejó.

“La dirección”, que obtuvo nominaciones por “Se me hizo tarde” (Mejor canción del año) y el trabajo de su productor Nico Cotton, empezó a gestarse durante la pandemia, inspirada en los afectos, y con una guitarra acústica de los años 40 que Mateo empuñó para crear las primeras canciones del nuevo repertorio.

“En cuatro o cinco días hice dos canciones con esa guitarra: una fue «Mundo de cristal» y la otra «Los amigos», que salió por estar mucho tiempo en casa, revisitando un montón de historias y escribiendo un poco sobre la amistad. Lo mismo con «Mi casa, tu casa», donde están muy presentes los amigos y los afectos. Para mí fue un modo de acercarme a los vínculos que me importan”, añadió.

Tras cuatro funciones consagratorias en el porteño teatro Gran Rex, Conociendo Rusia apuesta ahora a dar un salto más en su ascendente convocatoria con dos funciones en el Movistar Arena en El Barrio porteño de Villa Crespo, pero antes revalidará su alcance lejos de casa con una nueva gira. En septiembre estarán en el Festival Reciclarte de Asunción (Paraguay), el Rock and Beer de Guayaquil (Ecuador) y el Cordillera de Bogotá (Colombia), y en octubre sellará una nueva visita a España con shows en Barcelona, Valencia y Madrid, la ciudad donde Mateo encontró su destino como violero.

“Llegué con 13 años y viví allá casi tres años. Me fui con ganas de jugar a la pelota, pero sin saber muy bien, porque no pensaba en absoluto lo que quería para mi vida. España devolvió a un Mateo guitarrista. Fue algo que pasó ahí cuando tomé unos buenos meses de clases con Claudio Gabis. Agarré las guitarras que estaban en casa que tenía mi papá y que yo ni sabía que estaban”, rememoró.

“En ese momento había mucho pop. Prendías la tele y tenías tres o cuatro canales de música, y ahí estaban David Bisbal, El Canto del Loco y programas como «Operación Triunfo». Pero entre todos esos canales me encontré con Leiva y su dúo Pereza”, señaló sobre el rockero madrileño, voz invitada en “Mundo de cristal” y aquella estadía madrileña en familia, motivada por el trabajo de su papá, el músico y productor Leo Sujatovich.

Respecto al reconocimiento de la gente y de la industria, dijo que en su caso no lo siente como un fenómeno, sino como “un desencadenamiento de trabajo, discos, música, que van paso a paso a un buen paso”. Y agregó: “Estoy en un muy buen momento y tengo la suerte de que el proyecto está funcionando tanto en la Argentina como en el exterior. Y es por eso que hay que ir, por supuesto, a entregarlo a cada lugar para que crezca. El reconocimiento es un punto lindo en todo esto, en tanto y en cuanto suceda con cierta naturalidad y que las cosas no se hagan con ese fin”.

Fuente: LaCapital