El proyecto OxidAr propone la utilización de un sistema integral de sanitización que se basa en la generación de ozono in situ para desinfectar ambientes, lo cual lo transforma en una herramienta fundamental para los organismos públicos y diversas empresas, como las de transporte, ya que permite preservar la salud de la población mediante una metodología de sanitización rápida, económica, de fácil utilización e independiente de reactivos químicos e insumos críticos. Ofrece, ni más ni menos, que una herramienta -posible y de rápida producción local-, para reducir las probabilidades de contagio en los sitios de circulación masiva y en los lugares donde el distanciamiento recomendado es difícil de llevar a cabo.
El grupo lo conforman la doctora María Eugenia Lovato que se desempeña en el INTEC -Instituto del CONICET y la UNL-, junto al Dr. Matías Machtey, docente-investigador en la Facultad de Ingeniería de la UNER, el Técnico Horacio Ocampo y el Bioingeniero Andrés Machtey.
El ozono
Es un poderoso agente antimicrobiano de amplio espectro que ha demostrado ser activo contra bacterias, hongos, virus, protozoos y esporas bacterianas y fúngicas. Su uso para el tratamiento de aguas residuales y efluentes industriales es una práctica aceptada por su alto potencial de oxidación y por la ventaja de generar menor cantidad de residuos frente a otros tratamientos. La alta reactividad, la capacidad de penetración y la descomposición espontánea del ozono lo convierten en un desinfectante viable para garantizar la seguridad microbiológica de productos alimenticios, superficies y ambientes. Al aplicarse en forma gaseosa presenta la ventaja de difundir para llenar completamente todo tipo de compartimentos e incluso conductos de aire, grietas, sistemas de ventilación y materiales porosos, con lo cual puede inactivar bacterias, virus, esporas y degradar toxinas biológicas y químicas.
Existe evidencia científica sobre la efectividad del ozono como desinfectante gaseoso en superficies sólidas de diferentes tipos de virus, incluyendo otros coronavirus y en particular el SARS-CoV-1, cuya estructura, genoma y estabilidad en el medioambiente es muy similar al virus del SARS-CoV-2.
En momentos en que la enfermedad avanza poniendo en jaque a los sistemas de salud y mientras en todo el mundo se trabaja denodadamente para hallar una vacuna eficaz, el distanciamiento social y efectivas políticas de higiene son las medidas más efectivas para evitar la propagación del COVID-19, por lo que este desarrollo pasa a ser una herramienta fundamental.
El Proyecto OxidAr
El proyecto se propone implementar un “sistema integral de sanitización” costo-efectivo, basado en la generación de ozono para la desinfección y reducción de carga viral y microbiológica en distintos tipos de espacios cerrados, con mucha practicidad y economía ya que se obtiene en el lugar de trabajo y permite ahorrar mucha agua en relación con el uso de otros desinfectantes. Este desarrollo local, presenta la enorme ventaja de que utiliza componentes nacionales, económicos y de fácil acceso, con lo cual se puede comenzar a fabricar, aquí y ahora.
Hasta el momento, mientras se valida el protocolo correspondiente para garantizar su seguridad y eficacia, ya se han realizado con éxito las primeras pruebas de concepto en unidades urbanas de la Empresa Autobuses Santa Fe, logro muy importante ya que el uso del transporte público implica los riesgos propios de la convivencia de varias personas juntas durante un determinado periodo de tiempo dentro de un espacio cerrado.
La utilización de ozono en forma gaseosa resulta conveniente para espacios cerrados, donde es necesario que no haya personas ni animales presentes, ya que una alta concentración de ozono resulta nociva para las personas, y por lo tanto debe ser utilizado en forma segura. Los primeros ensayos del procedimiento sanitizador de desinfección en transporte público se realizaron durante los momentos en los que no hubo pasajeros y el chofer descansaba en la estación, al finalizar, se eliminó del ozono residual a fin de garantizar la seguridad del trabajador y los nuevos usuarios.
Fuente: INTEC/CONICET