El Gobierno de Entre Ríos declaró en estado de Emergencia Agropecuaria al territorio provincial desde el 1 de enero hasta el 31 de julio de 2022 por la sequía y las altas temperaturas.
Las actividades alcanzadas por esta medida son las explotaciones agrícolas de maíz y sorgo, ganaderas bovina, caprina y ovina, tamberas, hortícolas, pecaneras, citrícolas y forestales de toda la provincia.
A partir de esta declaración, Administradora Tributaria de Entre Ríos dispone de la facultad para diferir impuestos y establecer planes de pago especiales de los vencimientos del anticipo único y los anticipos 1º y 2º del Impuesto Inmobiliario Rural y Sub Rural 2022 a una fecha posterior al 31 de agosto del 2022.
La decisión se adoptó a instancia de la Comisión de Emergencia Agropecuaria que concluyó que "los daños sufridos en la producción agrícola y ganadera, como consecuencia del déficit hídrico acaecido a partir del mes de mayo del 2021, agravó con las altas temperaturas en algunos casos, superando registros históricos". El procedimiento establece que "los productores agropecuarios afectados deberán presentar una declaración jurada ante el Ministerio de Producción, conformada por un profesional de las Ciencias Agropecuarias y avalada por una entidad público/privada representativa y/o vinculada al sector afectado y quedará sujeta a la verificación individual por parte de las áreas específicas de la Secretaría".
Luego la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la Provincia las recibirá durante 60 días corridos a partir de hoy y verificará los daños producidos, para aprobar la presentación.
Por su parte, se informó que el Ministerio de Producción gestionará ante el Poder Ejecutivo Nacional los instrumentos necesarios para la declaración de emergencia y de acuerdo a los alcances del Sistema Nacional para la Prevención y Mitigación de Emergencias y Desastres Agropecuarios- Ley N° 26.509.
La Comisión de Emergencia Agropecuaria Provincial indicó que la sequía de "carácter imprevisible y/o inevitable conforme estimaciones realizadas, ha provocado en muchos casos daños considerables a la producción o capacidad productiva de las actividades correspondientes". Añadió que esta situación "impactó por un lado en los cultivos estivales, principalmente de maíz y sorgo lo cual acarrea consecuencias en otras actividades productivas de la provincia, tales como la ganadería mayor y menor de carne y leche".
Acerca del sector forestal se evaluó que "la provincia sufrió por consecuencia de la sequía el incendio de un importante número de hectáreas ocasionando pérdidas irreparables en plantaciones de más de 10 años de edad". Por otra parte, un relevamiento provincial con referentes de cada región indicó que "el 90 % de los encuestados refiere una situación de sequía con serio compromiso de las reservas hídricas en su región".